Resulta difícil imaginar que en el año de 1992, hace apenas 32 años Internet no existía o al menos no como es ahora, muchas y muchos de ustedes no habían nacido aún.
Se inventó en los años 60, es verdad, pero durante décadas fue un privilegio de los militares, algunas universidades y los centros de investigación.
A las personas en general nos llegó el Internet durante los años 90, y tardó un tiempo en convertirse en una herramienta de uso cotidiano.
Ahora, todo lo resolvemos a través de la Web, hemos cambiado la manera de relacionarnos, de trabajar, de divertirnos, de comprar, de hacer negocios, ya no acudimos a la sucursal bancaria a realizar trámites sencillos, como depósitos o disposición de efectivo, pues el uso de las tarjetas plásticas está sustituyendo el efectivo.
Un cambio drástico en nuestras costumbres, sin temor a equivocarnos fue durante la pandemia del Covid19, al estar totalmente aisladas en nuestros hogares, la pantalla de nuestros dispositivos electrónicos sustituyó por completo el contacto físico con las demás personas, es más, la compra de la despensa y otros menesteres durante ese tiempo la hicimos por la Web directamente al establecimiento de conveniencia y quizás la comodidad de hacerlo a distancia llegó para quedarse.
Los centros escolares transmitieron las clases de todos los grados educativos por alguna plataforma de conexión a distancia y todavía ahora se toman clases universitarias de posgrado en esa modalidad.
El trabajo se hace en home-office, esto es, las reuniones se atienden desde la comodidad de nuestros hogares o en el lugar que nos encontremos, estamos disponibles 24/7 para nuestros empleadores y equipo laboral.
Sin duda, cuando usted llega a algún lugar, lo primero que hace es preguntar por la clave del Wifi, porque estar conectado -sin gastar los datos de nuestro dispositivo- es imprescindible y si por algún motivo, no hay conexión de Internet, un sentimiento de angustia y ansiedad se posesiona de su cuerpo.
Lo primero que hacemos cuando algún familiar sale de casa es decirle “estate pendiente del celular por si necesito algo” o a las hijas o hijos les decimos “me respondes el celular” o “revisas el wthas por si te escribo”, ¿Cuántos conflictos familiares, de pareja o laborales no se han suscitado por motivo de no responder un mensaje o una llamada?. La comunicación entre los miembros de la familia se ha vuelto fría y distante, se llega al extremo de enviarse mensajes entre ellos aunque estén bajo el mismo techo.
Hoy vivimos en el estrés total, dependientes de una conexión de Internet, la sociedad ha cambiado, todas y todos hemos cambiado, en definitiva, la Red se debe usar para mejorar nuestras vidas, en lugar de para esclavizarnos.
Para las personas de la generación Y, también conocida como generación del milenio o milénica, que son los nacidos entre los años 80 a 2000, lo que se escribe en esta edición de Alguien como tú, es la normalidad y no ven ninguna diferencia del antes y el después de la llamada revolución cibernética.
El punto importante es que los que nacimos antes de ese tiempo, nos hemos vuelto totalmente impersonales y aislados de las demás personas y junto con los milenians caminamos por la vida comunicándonos a distancia por un medio electrónico, estamos dejando de ser un poco humanos y adoptando la personalidad de las máquinas.
Las predicciones de la ciencia dicen que para el año 2035 -en tan solo 11 años- accederemos a las redes sociales y las páginas web de forma instantánea y todos nuestros datos estarán en la red, lo queramos o no. Como que, podríamos tener implantes oculares que nos permitan consultar en internet sin la necesidad de una pantalla.
Además, el uso masivo del video se impondrá por encima de imágenes o texto. Las comunicaciones y su evolución serán lo hologramas y sus aplicaciones, esto es, tener conversación con una o varias personas como si estuvieran realmente frente a nosotras.
Según Bill Gates en 2030, el aprendizaje online cambiará de forma drástica la educación en los países en desarrollo. Mitchel Baker, fundadora de Mozila, asegura que en 2040 todas las cosas que nos rodean serán inteligentes y enviarán datos, lo que se llama “El internet de las cosas”, usted seguramente ya tiene un refrigerador o televisor inteligente o quizás una cafetera que sabe la hora que se levantará de la cama y le tendrá listo el café.
Steve Wozniak, cofundador de Apple, está convencido que en 2050 nuestro mejor amigo o amiga será una computadora “te mirará a la cara y sabrá reconocer tu estado de ánimo”.
Si a usted o a alguien de su familia le cuesta aprender un idioma, ya no hay nada de qué preocuparse, en el 2050 se aprenderá un idioma cargando una aplicación en el cerebro según Evan Henshaw-Plath, cofundador de Twitter, ahora X.
Irremediablemente la sociedad seguirá evolucionando en este tenor, cambiaremos nuestra forma de ser y nuestro comportamiento, ya lo estamos haciendo y es el momento de hacer un pare de reflexión personal o como diría Mafalda la de los comics “que paren el mundo, que aquí me bajo” aunque sea por un momento.
Vivimos en una sociedad que diariamente en los medios de comunicación se comenta de la inseguridad pública, de las desapariciones de personas, de las extorsiones cibernéticas, de la violencia y discriminación que se ejerce contra las personas de los grupos de atención prioritaria como son las mujeres, personas mayores, personas con discapacidad, población indígena, de la infancia y adolescencia, de los grupos de la diversidad sexual, de los migrantes, entre otras y exigimos que estas desigualdades y situación social termine.
Gracias al Internet nos hemos vuelto personas frías y distantes de las demás, ¿Podemos de esta manera ser sensibles para luchar y exigir la protección y respeto de nuestros derechos humanos, cuando de manera paulatina estamos dejando de ser un poco humanos? ¿Quizás en el 2050 los derechos humanos dejarán de existir?...
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