Al pie de la letra




Desde hace un par de meses, luego de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre pasado en Estados Unidos en las que fue declarado ganador Joe Biden, en México el empresario Miguel Alemán Magnani, hijo del exgobernador priista de Veracruz, Miguel Alemán Velasco, comenzó a autopromoverse en los medios de comunicación como el único y mejor interlocutor mexicano que el presidente López Obrador podría tener con el sucesor de Donald Trump.

El pasado 4 de enero, dos días antes del asalto de los partidarios del mandatario republicano al Capitolio en Washington, le dedicaron una columna política en el diario El Financiero, en la que resaltaron que ante la “marcada animosidad” en el equipo de Biden “hacia todo lo que sea México porque el gobierno del vecino del sur se la jugó hasta el último con Donald Trump, incluso en la fallida trama del ‘fraude electoral’”, Alemán Magnani representa “una llave que ha comenzado a operar para abrir puertas a la cancillería mexicana con el próximo inquilino de la Casa Blanca…”

“Mientras grandes empresarios mexicanos tocaron por nota la melodía oficial en favor de Trump, los Alemán mantuvieron la fe en su amigo Joe Biden”, escribió el columnista Pablo Hiriart, en cuyo texto destacó que “su relación con el próximo presidente de Estados Unidos no va a sacar a los Alemán de los problemas en que se encuentran sus empresas, pero sí les servirá, y mucho, para recuperar la influencia política que habían perdido al convertirse en los convidados de piedra en la mesa de los grandes empresarios mexicanos”.

Hiriart refiere que Alemán Magnani “fue el único mexicano en los funerales” de su amigo Beau Biden, que falleció de cáncer en mayo de 2015. Además relata que en la pasada campaña presidencial, Alemán fue víctima de las intrigas perversas de un asesor de Trump para enlodar al candidato demócrata con información robada de la computadora de Hunter Biden, otro hijo del presidente electo.

“Miguel Alemán Magnani, el empresario más emproblemado de los grandes ricos de México es, paradójicamente, el más valioso políticamente para el gobierno en estos meses en que habrá de reconstruirse la relación bilateral”, dice Hiriart, quien aseguraba que Alemán puede lograr que López Obrador sea invitado por Biden a su toma de posesión el próximo miércoles 20.

Pero ayer AMLO dijo que no ha recibido invitación, y que además ha decidido salir poco al extranjero, recordando que el único viaje fuera de México que ha hecho hasta ahora fue a Washington para reunirse con Trump.

A su vez, el canciller Marcelo Ebrard –quien según el columnista es “el nuevo mejor amigo” de Alemán Magnani– tampoco ha necesitado del hijo del exmandatario veracruzano para establecer acercamientos con el equipo de Biden. Este miércoles, por ejemplo, se reunió a distancia con Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional del presidente electo.

Pareciera que los Alemán no se han dado cuenta todavía que el PRI fue echado nuevamente de Palacio Nacional.



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