El caso Coahuila
Columna: Raymundo Jiménez
Interesante lo que ocurrió esta semana en la contienda por la gubernatura de Coahuila, pero sobre todo lo que estaría por suceder el próximo domingo en la elección del Estado de México.
En principio, la declinación del Partido Verde a favor del candidato de Morena, el senador coahuilense Armando Guadiana, evidenció dos cosas: primera, que es totalmente falso que exista un acuerdo entre el PRI y el partido obradorista para repartirse estas gubernaturas, tal como lo afirmó Dante Delgado, el líder de Movimiento Ciudadano, quien así justificó el retiro en ambos estados de sus candidatos que no alcanzaban ni el 10 por ciento de las preferencias electorales, lo que dejaba en entredicho la fuerza del partido naranja para encabezar un frente opositor en la sucesión presidencial de 2024; y, en segundo lugar, confirmó que la disputa del Edomex, la entidad con mayor número de votantes del país, es real y se habría ido cerrando entre las candidatas Delfina Gómez, de Morena, y Alejandra del Moral, del PRI, ya que si hubiera de verdad un pacto entre las cúpulas de esta fuerzas políticas el obradorismo no tendría necesidad de presionar al PVEM y al PT para que sus abanderados en Coahuila se sumaran de última hora al cuestionado empresario del carbón.
¿Qué tanto le sumará el Partido Verde a Morena en el estado que gobierna el PRI desde 1929? No mucho, pues Lenin Pérez, candidato de la alianza PVEM-Unidad Democrática de Coahuila, acusó una imposición “desde el centro del país” y afirmó que él no declinará.
El exdiputado local y federal, con 25 años de trayectoria política, afirmó que “Guadiana va en picada en las encuestas” y que “por ello han tenido que recurrir a las más bajas y viejas prácticas priistas”.
“Hoy un grupo de personas totalmente ajenas a Coahuila, con una profunda ignorancia de lo que aquí vivimos y de lo que aquí sucede, quiso venir a decirnos lo que debemos hacer.
“Creen que los ciudadanos somos fichas que pueden mover e intercambiar a su antojo, pero les vamos a demostrar que no es así. (…) A nosotros nadie nos va a venir de Ciudad de México a decirnos qué es lo que tenemos que hacer.
“Está más que claro que esa decisión la tomaron unos cuantos anteponiendo sus intereses personales porque les condicionaron no ir juntos en el 2024 (…) Aquí nadie se baja”, enfatizó.
Otra lectura al margen que habría que hacer es la aparente ascendencia de Marcelo Ebrard en el Partido Verde, el cual podría dividirse también si el canciller no resultara ser el candidato de Morena en la sucesión presidencial del año entrante.
Y es que Ebrard, quien la semana anterior se reunió por separado con los dirigentes estatales del partido del tucán y con sus diputados, habría incidido también para lograr al menos que la cúpula del PVEM avalara esta polémica declinación en Coahuila, lo que Ricardo Monreal no pudo o no quiso hacer con el Partido del Trabajo, en el que el líder del Senado militó y presume tener influencia.
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