Vaya desorden administrativo que encontró Ricardo Olivares Hernández en el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) de Veracruz. La herencia del exdirector Jesús Guillermo Arévalo Owseykoff es descomunal. Pesan sobre él no sólo las denuncias por daño patrimonial en las cuentas públicas 2023 (por 8 millones 072 mil 248.76 pesos) y 2022 (2 millones, 574 mil 035.36 pesos), sino también las del 2024 que ya están en revisión.
Junto a esto, con la complicidad de José Antonio González Sampieri, exsubcoordinador de Servicios Institucionales y exsubcoordinador Académico, simularon un dictamen de una millonaria compra de libros que vendieron, a pesar de ser gratuitos, quitándoles a los jóvenes estudiantes las becas que les proporcionó el gobierno federal y, en el colmo del cinismo, se autoliquidaron al concluir su administración, con sumas millonarias ilegales.
Y ahora, desvergonzadamente, lanzan a los cuatro vientos que serán incorporados en áreas estratégicas de la SEV, porque la titular Claudia Tello Espinosa "sabe muy bien" –según dicen– de las aportaciones que ellos hicieron a la campaña de la gobernadora Rocío Nahle.
Sin embargo, el nuevo titular del CONALEP-Veracruz, por instrucciones de la secretaria de Educación, ha empezado a revisar minuciosamente no sólo los montos fuera de normatividad con los que se liquidaron, sino además la red interna que tejieron para repartirse ese dinero. Se pagaron no sólo sus alcances de ley, también prestaciones que fueron calculadas de manera unilateral y en beneficio de personal de confianza, al que luego les pidieron "moche".
Los operadores fueron José Antonio González Sampieri, su primo César Sampieri y Ángel Amador. En la red aparecen presuntamente también los nombres de Lorena Figueroa Saldívar, Jorge Aponte (ligado al diputado federal Eleazar Guerrero), Carmen Castro, el primo César Armin Sampieri y José Luis Hernández Bautista, padrastro de Jesús Guillermo Arévalo, quien terminó como dueño de un rancho ganadero en Poza Rica.
También Elízabeth Fernández, exdirectora de Recursos Humanos, y Farid Scott, exjefa de Tecnologías; Gerardo Armando Martínez Guerra, Alan Silva Prom e Iván Andrade, exencargado del área de construcción y modificaciones en infraestructura de CONALEP.
Para sacar el dinero de las arcas de la institución, a modo de liquidación –totalmente ilícita–, Arévalo Owseykoff y su equipo realizaron modificaciones en la Dirección General del CONALEP, lo que también fue ilegal.
En el tema del "negocio de los libros", poseemos una factura del 2 de febrero de 2023 por 5 millones 126 mil 160.00 pesos y otra del 7 de agosto de 2023 por 6 millones 536 mil 412.00 pesos. Estos libros, que fueron pagados con recursos propios y que debieron ser entregados gratuitamente, se vendieron a 600 pesos cada uno, en un universo aproximado de 11 mil alumnos, generándoles una ganancia neta de 6 millones 600 mil pesos por semestre, un negociazo que propició que muchos alumnos no pudieron pagar esa cantidad y terminaran abandonando las aulas.
En el Dictamen de procedencia, de asignación directa, para la adquisición de material bibliográfico del CONALEP-Veracruz, signado por Jorge Aponte Sánchez, Subcoordinador Administrativo; José Antonio González Sampieri, Subcoordinador de Servicios Institucionales y Carlos Sánchez Aguilar, Jefe de Infraestructura y Adquisiciones, se determinó la compra de 127 mil 652 ejemplares de libros por un importe total de hasta 13 millones 364 mil 284.00 pesos, el cual se realizó en dos exhibiciones, la primera en febrero de 2024 por 5 millones 126 mil 160.00 pesos y la segunda, que se realizó en julio, por 6 millones 536 mil 412.00 pesos.
El contrato confirma la adquisición de estos libros y de las formas de pago establecidas para este material didáctico que debió entregarse gratuitamente a los alumnos, pero que en este caso benefició al director Arévalo Owseykoff y a sus cómplices.
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