One.- Cuando la perra es brava hasta los de la casa muerde, este es el caso de una mujer cuyo nombre omitimos. Ella trabaja en SEFIPLAN y hace apenas unos días, el secretario José Luis Lima Franco organizó una posada en el Velódromo para los empleados. Todos se divirtieron, bailaron, cenaron, y hasta ahí todo muy bien. Pero cuando se fueron de la pachanga, el ave de rapiña les cayó.
“Saliendo de la fiesta, varios se dirigieron hasta sus carros, que estaban retirados. De la nada, salieron elementos de la Policía Estatal, quienes sin cometer ninguna infracción y mucho menos íbamos en estado de ebriedad, nos detuvieron y nos indicaron que nos iban a revisar. Antes mencionaron que traíamos aliento alcohólico, y yo no había ingerido alcohol en la fiesta. Mis compañeros sí, pero ellos no manejaban; era yo. Tratamos de hablar y que entraran en razón, pero los policías llamaron a otra patrulla y nos dijeron que, si oponíamos resistencia, nos llevarían a San José. Nosotros confiados en que ahí se solucionaría el problema, porque no estaba borracha, fuimos y nos hicieron la prueba. Antes nos habían pedido 500 pesos, pero llegaron otras patrullas y, gritando, nos dijeron: 'Vamos a San José para que los dictamine la doctora', mencionó la mujer afectada.”
Y así todos llegaron a San José. Una doctora bastante déspota y tapada con un cubrebocas les hizo la prueba del alcoholímetro. La mujer confiada, pensando que saldría bien porque no había tomado nada de alcohol, le preguntó a la doctora: “¿Ya me puedo ir? Ya vio que no traigo nada de alcohol”. La doctora solo respondió, sin mostrarle el diagnóstico, que eso lo determinaría la oficial a quien le entregó el papel. La oficial le indicó que saliera. La afectada insistió en que quería ver el resultado, y le dijeron que no se lo iban a mostrar. Estando afuera, se lo entregó al policía que los había llevado a San José, de nombre José Fernando Torres (Patrulla: P1716), quien le dijo: “Tienes grado 3, que es la máxima, y la multa es de 11 mil 800 pesos”. Ella respondió: “¿Cómo va a ser si yo no tomé alcohol y no estoy borracha?” El policía, necio, argumentando su grado 3 y todo el rollo para tratar de negociar y sacarles dinero, porque esa es la finalidad de todo su cuento. “Pero yo no tengo esa cantidad” dijo la afectada. Había una policía mujer, que por cierto está bien jovencita, diciéndome que estaba poniendo resistencia, me llenó de insultos, gritándome que estaba borracha. Le respondí que no estaba borracha, y ella diciendo: “Es que finges muy bien”. Llamaron a la grúa, se llevaron mi carro al corralón y después me dijo el policía que él me podía ayudar, que le tenía que hablar al día siguiente. Yo le respondí que no podía pagarles ese dinero, y cínicamente me contestó: “Pues vas a perder tu carro, porque si no hay dinero, no se entregará el vehículo”. Al final, dijo que se podían bajar hasta 8 mil y que todavía iban a ver cómo, haciéndome el gran favor de fregarme con un delito inventado y para sacar dinero. Todos estos policías son unos terribles delincuentes que se escudan en sus placas y todavía tienen el descaro de vanagloriarse de la protección que tienen de sus jefes para levantar el billete.
Two.- Al capitán de Navío Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, secretario de Seguridad Pública del Estado de Veracruz, sus elementos que dependen de usted son unos delincuentes asalariados, pagados por la sociedad veracruzana. Más que dedicarse a cuidar y proteger a la población, se dedican a atracar sin piedad a las personas, inventándoles delitos para sacarles dinero. Después, ustedes mismos no se explican por qué el ciudadano no confía en la policía, precisamente por estos atropellos que ejercen. A esta mujer a la que narramos su caso, todavía nos quedamos cortos por todas las cosas que vivió esa terrible noche que ella y sus amigos tuvieron la mala fortuna al encontrarse con sus policías. Como debe saber, incurrieron en abuso de autoridad, extorsión, sumado a ejercicio indebido de la función pública. La dama, sin piedad, sufrió violencia verbal, falso diagnóstico de alcoholismo, fue privada de su libertad, le quitaron su carro, lo metieron al corralón donde le sacaron 4 mil 800 pesos y, aparte, lo que tuvo que pagarles a sus elementos que no entregaron un recibo, porque es claro que todo es para el vencedor.
Esta es la policía que se tiene en Veracruz. Donde quiera que te pares, te expones a que te levanten y te inventen delitos para sacarte dinero y, disque, te ayudan regateando el costo como viles marchantes de la ley. Diciéndote que te pueden bajar la multa, mientras otro elemento te dice que te puede costar más caro. Ya saben el juego del policía bueno que te quiere ayudar y el malo que te quiere fregar. Coatzacoalcos no se queda atrás, y es la misma historia. Hasta los elementos de Tránsito te detienen y te quitan tu carro incurriendo en un delito y si te opones, te fincan el delito de ultraje a la autoridad y te meten a la cárcel. El ciudadano, de todas, todas, la tiene perdida y al final no le queda de otra que acceder al chantaje y extorsión. La mujer que desgraciadamente se topó con la policía en Xalapa, destruyeron sus planes y su aguinaldo no le alcanzó para pagar todo lo que le pidieron. Pidió prestado para pagar el secuestro de su unidad, su violación a sus derechos humanos, la multa que le levantaron no le quisieron dar recibo y su diagnóstico hecho por esa infeliz doctora que está coludida con la transa no lo recibió; en pocas palabras, acabaron con su feliz Navidad.
Three.- Por cierto, el Capitán de Navío Cuauhtémoc Zúñiga es gente de Eric Cisneros y aunque él no está físicamente en el gobierno, sigue operando desde las sombras con total impunidad y corrupción sin límites. ‘La negritud’ tiene sus tentáculos en todas las dependencias del gobierno de Cuitláhuac García. Se fue, pero su enseñanza está bien sembrada en sus colaboradores.
Los ciudadanos ahora tienen que cuidarse no solo de ‘aquellos’ sino también de los ladrones policías de cuellos blancos. Ahora hay que rezar el rosario para que no te encuentre ningún elemento de la Secretaría de Seguridad Pública. Gente, tengan mucho cuidado cuando vayan a sus posadas decembrinas porque estos elementos están desatados en los atracos. Hasta nos dijeron que tienen la lista de dónde van a hacer las pachangas para caerles a la salida y fincarles delitos para sacar la corta. Esta ratería no es exclusiva en Xalapa, se da por todos lados y muchas veces las multas te llegan a pedir hasta 20 mil pesos porque según el sapo es la pedrada.
Los jefes de estas corporaciones de la policía declaran que la gente no se les acerca y mucho menos las empresas piden a un elemento para que los acompañen a realizar los depósitos a los bancos. Se quejan amargamente del proceder y distancia que pone la ciudadanía con estas corporaciones. La respuesta es sencilla, no se tienen que quebrar mucho la cabeza: nadie en su sano juicio le tiene confianza a la policía. Su reputación de malosos se la han ganado a pulso.
anaisabelcruzhernandez@hotmail.com
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