Por la falta de mantenimiento, desde hace un año y medio el Santuario de Guadalupe ha comenzado a caerse a pedazos, exponiendo a los files católicos que acuden a este templo religioso.
Alejandro Martín Cañetas párroco de la iglesia, dijo que se requieren alrededor de 2 millones de pesos para la rehabilitación del techo y los muros que presentan la caída de concreto y exposición de varillas, a causa del salitre que los golpea de manera directa por estar cerca de la zona costera.
“Nos pega fuerte porque la iglesia está cerca del malecón y si nos golpea mucho, el salitre rompe las varillas, pero ahorita no puedo meter a un grupo de trabajadores, desde que inicio la pandemia no le hemos dando mantenimiento”, declaró.
Explicó que la contingencia sanitaria por covid-19, ha pegado en la economía de las personas que realizaban donaciones a la iglesia, por lo que tampoco cuentan con lo recursos para retomar los trabajos que se quedaron a medias.
“No contamos con los recursos, todo es donación, no nos manda recursos el Vaticano, ni recibimos nada del gobierno, todo es de la buena voluntad de la gente, si la gente no participa en misas, no tenemos entradas”, comentó.
Martín Cañetas recordó que fue en el 2016 cuando se brindó un mantenimiento general a la iglesia, donde se invirtieron aproximadamente 7 millones de pesos, desde ese entonces solo se atendían las grietas en las paredes y daños en los muros.
Actualmente no se han podido efectuar los trabajos de rehabilitación, por la falta de presupuesto y la negativa de los albañiles por temor a contagiarse coronavirus.
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