“Yo soy muy feliz aquí”, dice sonriente doña Lucecita a sus 84 años, mientras saborea un atol de masa y una pieza de pan en la estancia Apapachos del Corazón.
“Aquí Marisol nos quiere mucho, (la abraza) también Chavelita, todo el personal nos quiere y nos apoyan”, aseguró a Imagen del Golfo.
Doña María de la Luz Casero, tiene una hija que vive en Playa del Carmen, y llegó a este albergue por que una vecina le platicó, se acercó, la recibieron con mucho cariño.
“Ya se le avisó, quedó en venir a buscarla, van dos veces que dice que vendrá y nada, su otro hijo, trabaja en el ayuntamiento y tampoco la visita; aquí la tenemos, es nuestra becaria de Apapachos del Corazón. Aquí todo mundo la quiere”, contó la directora de este lugar.
Lucecita como le dicen, vive a unas cuadras, renta un cuarto donde tienen una cama, una estufa de gas, sin cilindro, de lo que cobra de Bienestar, paga su renta y de ahí sus medicinas ya que es hipertensa, la comida la recibe en esta casa.
Ahí le atienden cuando se enferma, les dan de comer tres veces al día y al final ella camina a sus noches de soledad, en su cuartito, esperando a sus hijos.
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