El consumo de sustancias psicotrópicas como actividad recreativa orilla a jóvenes al mundo de las adicciones, en donde hoy luchan en centros especializados como el Grupo de Drogadictos Anónimos ‘La Promesa’, en el cual personas como Enrique, Francisco y Fernando, buscan una nueva oportunidad de vida alejados de esta condición.
Relata Enrique que a sus escasos 11 años tuvo su primera experiencia con el consumo de la mariguana "por curiosidad", vino después el acercamiento a los solventes, cocaína, y terminó por alejarse de sus padres y familiares.
En ‘La Promesa’ también se encuentra desde hace nueve meses Fernando, quien es un hombre de 45 años que ha perdido la familia que había formado.
Su esposa decidió abandonarlo debido a su adicción a sustancias como la mariguana, cristal y solventes que le impedían llevar una vida productiva a lado de ella y de su hija; hoy ya no tiene comunicación alguna con ellas.
También los jóvenes estudiantes de grado universitario se ven envueltos en este terrible mundo de las drogas, como Francisco que fuera estudiante del Itesco y hoy lucha por alejarse del consumo de sustancias que afectaron su desarrollo.
A los 13 años tomé una mala decisión e inicié el consumo de drogas, hoy tengo 26 y estoy en busca de una nueva oportunidad en la vida”.
Lúcido, Francisco señala que a lo largo de su vida ha padecido de depresión y sensación de soledad, que se vio agudizada a causa del acercamiento a los solventes, las metanfetaminas que le permitían sobrellevar el vacío que su mente había sentido.
Alejado de su familia vivió los más terribles momentos al habitar en lugares insalubres que deterioraron aún más su paz mental.
Sin embargo, su acercamiento al centro ‘La Promesa’ le ha permitido encontrar una nueva oportunidad de vida, una esperanza para reencontrarse y aprender a sobrellevar la condición de adicción contra la que lucha actualmente, pero que se ve reforzada con el acompañamiento de su madre, fundamental en el proceso que ahora experimenta.
Muchos jóvenes, niños y hombres de familia habitan en ‘La Promesa’; todos con el anhelo de mejorar y alejarse de este mundo de la drogadicción que sin duda los acerca a una vida de mayor desolación y deterioro físico, mental y espiritual.
“A los 13 años tomé una mala decisión e inicié el consumo de drogas, hoy tengo 26 y estoy en busca de una nueva oportunidad en la vida, a los jóvenes les digo, no se acerquen a las drogas, pierden todo”, afirma Enrique.
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