Las fiestas decembrinas son las más esperadas por las familias mexicanas, quienes aprovechan a convivir con sus seres queridos, transmitiendo un mensaje de paz y reconciliación, para iniciar un nuevo año cargados de positivismos.
Sin embargo, hay quienes han sido olvidados por sus seres queridos y apenas si tienen un plato de comida, toda vez que su hogar se han convertido las avenidas céntricas de Coatzacoalcos, la sombra de un árbol o los bajos de una banca.
Conocidos por muchos, como el "Escuadrón la Muerte", estas personas algún día tuvieron trabajo, una familia y vivieron felices, pero el alcoholismo los hundió a un mundo del cual ha sido difícil salir y en el que prefieren seguir, para olvidar momentos amargos.
Rafael Chiu López de 62 años de edad, narró que en sus buenos tiempos de desempeñó como chef en barcos petroleros, pero hoy en día no tiene donde pasar la navidad, ni mucho menos quien le comparta un bocado de comida.
"Nos la pasamos en la calle, borrachos, teporochos, porque no tenemos donde pasarla. Yo soy chef, soy cocinero, yo tuve el gusto de andar en barcos de Pemex, cuando Joaquín Hernández Galicia, tuve el gusto de andar con ese señor", declaró.
Recordó que una infidelidad lo llevó a la perdición, comenzó a tomar y sin darse cuenta, dependía del alcohol para olvidar el amargo momento.
Padre de tres hijos, los cuales viven con su abuela, quien se encarga de cuidarlos y criarlos, para formar a hombre de bien y evitar que sigan los pasos de su padre.
"Caí en el alcoholismo por problemas familiares, encontré a mi esposa en ciertos actos, y eso me llevó a la perdición, hasta ahorita ha sido difícil, tengo tres hijos y están con mi madre, cuando dejo de tomar, los mantengo", comentó.
Rosario Ventura Ulloa, de 61 años de edad, comentó que su padre lo inducía a beber cuando apenas era un adolescente, sin darse cuenta que al llegar a la mayoría de edad, ya no podía controlar sus borracheras, quedándose dormido en las calles de la ciudad.
"Mi papá nos enseñó a tomar desde los 12 años, mi mamá le decía, no les trago, pero él tiene la culpa, nunca tuve hijos, me junté con dos mujeres, pero eran muy celosas, por eso no busco mujer, no me gustan los celos", expresó.
Entrevistado, a la altura del paso de lanchas en Coatzacoalcos, Rosario Ventura, mencionó que solo dios dirá cual será su destino, por el momento vive de la caridad de la gente y de la poca ropa que le llegan a regalar.
"Solamente dios sabe, no sabemos si vamos a llegar o no vamos a llegar, pero en diciembre, para nosotros, la pasamos bien, viene gente, nos regalan comida, nos regalan cobertores, nos regalan ropa, no sufrimos pues", apuntó.
Aunque no pertenece al "Escuadrón de la muerte", el señor Jesús Rosas recorre el centro de Coatzacoalcos en su silla de ruedas, pidiendo una moneda, ya que, tras amputarle la pierna, su mundo cambio de manera drástica.
Con 70 años edad, se desempeñó como albañil, pero la detección tardía de un problema en la pierna, por los altos niveles de glucosa, provocó que le amputaran una de sus extremidades y que hoy pida una moneda para poder subsistir.
"Va para 5 años que me cortaron la pierna, ha sido difícil para mí, mi hija trabaja y yo tengo que hacerme mi comida, lavar mi ropa y todo eso, se sufre, a veces vengo y a veces no, desde Villa Allende", señaló.
Aunque las historias son diferentes, estas personas tienen algo en común, que pasaran una navidad alejados de los suyos y que solo reciben afecto de desconocidos que les compartes un pedazo de pan.
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