Familia de Acapulco se refugia en Coatzacoalcos tras devastador huracán Otis; narran como sobrevivieron | VIDEO

La falta de apoyos y la nula respuesta de las autoridades, obligó a la señora Zulema Ramos Flores a abandonar Acapulco Guerrero en compañía de sus dos hijos y sus tres nietos, tras el impacto del huracán Otis.

El temor de perder la vida, la orilló a tomar las pocas pertenencias que tenía y dejar el estado de Guerrero, para reencontrarse con sus padres en Coatzacoalcos Veracruz, con quienes perdió comunicación por más de una semana.

“Tuve que abandonar Acapulco porque no hay nada, en donde yo vivía, no hay luz, no hay agua, la basura se estaba acumulando y apestaba mucho, nos enfermamos, yo soy diabética y ya me había sentido mal, no podamos salir porque hay mucha gente que anda viajando y no se dan abasto los autobuses”, comentó.

Tan solo en la colonia Lomas del Valle donde habitaba la señora Zulema Ramos no se había restablecido el servicio de energía eléctrica, ni muchos menos el suministro de agua potable, además de los desechos que se habían acumulado en las calles generando focos de infección.

SALÍ DE ACAPULCO EN PUROS 'RAITES' 

El fenómeno meteorológico dejó completamente incomunicado varios sectores de la ciudad, por lo que el servicio de transporte público fue suspendido, impidiendo aún más la comunicación y el ingreso de los apoyos.

Por lo anterior, Zulema y su familia viajaron en puros 'raites', donde las personas que contaban con un vehículo se tocaban el corazón para poderlos acercar hasta su destino y comenzar de nuevo una nueva historia. 

“Yo la verdad no tengo familia en Acapulco, toda mi familia está aquí en Coatzacoalcos, me vine acá con mis papás a través de 'raites', desde Acapulco hasta Chilpancingo y de Chilpancingo a México, ya de México para acá de transporte fue más económico para llegar hasta acá”, detalló.

Y es que Otis derribó completamente su casa, obligándolos a dormir en la calle y vivir de la caridad de sus vecinos, pues en ocasiones no tenían ni que comer, ni mucho menos donde refugiarse, ya que no contaban con ningún familiar que les pudiera extender la mano. 

“Pasamos una cosa muy fea, perdí mis cosas, dormíamos en la calle, literalmente se cocinaba en la calle, me apoyaron mucho mis vecinos y a todos los que nos afectó, ahí nos unimos, nos apoyamos unos a otros”, recordó.

NUNCA NOS INFORMARON SOBRE LA MAGNITUD DEL HURACÁN 

Aunque el Servicio Meteorológico anunció el ingreso del huracán, las autoridades estatales y municipales no alertaron a la población sobre el impacto que generaría Otis, para que la población pudiera refugiarse y sacar parte de sus pertenencias.  

“Nunca nos alertaron, nada más dijeron que entraría un huracán y que sería de categoría 3, pero como cada que ha llovido, siempre hay aire, nunca nos imaginamos el impacto que tendría, esto fue en un abrir y cerrar de ojos”, sostuvo. 

EL VIENTO HACIA UN ZUMBIDO MUY FUERTE, VOLABAN LAS COSAS

La entrevistada narró, que antes de la media noche del pasado 25 de octubre, las fuertes rachas de viento generaron un “zumbido” que arrasó con todo lo que estaba a su paso, por lo que muchas familias no pudieron ni salir de sus hogares porque sus techos se les vinieron encima. 

 “Cuando yo me dirigía a la recamara de mi hija, el aire ya venía, era un zumbido muy fuerte, pero ya no nos dio tiempo de salir, porque en ese momento empezó a tirar cosas, veíamos como las cosas volaban, los muebles y le dije a mi hija, que ya no pudimos salir con los niños, tuvimos que esperarnos”, expresó.

 NOS QUEDAMOS ENCERRADOS BAJO LAS LAMINAS 

Samanta Narváez Ramos hija de la señora Zulema,  recordó lo difícil que fue perder lo poco que tenían y como el huracán echó abajo el patrimonio que con tanto trabajo habían edificado, tras abandonar Coatzacoalcos. 

Pero el destino les hizo una mala jugada y nuevamente tienen que construir un futuro en la ciudad que un día dejaron con la ilusión de crecer y salir adelante. 

“La verdad fue algo muy lamentable, porque desgraciadamente perdimos todo, nos encontrábamos solos donde estábamos, si nos las vimos muy duras, en gran parte donde estábamos no recibimos el apoyo como lo dicen”, mencionó.

Dijo que estuvieron a punto de perder la vida, luego que un árbol cayera sobre el techo de su casa y las laminas se les vinieran encima, quedando encerrados en un cuarto, donde lograron refugiarse hasta que el huracán les diera tregua. 

“Yo tengo un bebe y la verdad me las vi muy difícil, tanto por los pañales, la leche, la basura, el agua contaminada les estaba haciendo daños, por eso tuvimos que huir, nosotros nos refugiamos en un cuarto de losa que tenemos, fue lo que nos cubrió, porque habíamos quedado atrapados con mis tres niños y mi mamá, por que las laminas se nos vinos encima, junto con un árbol”, recordó.

NO REGRESAREMOS A ACAPULCO

Aunque Acapulco fue el lugar donde lograron desarrollarse y encontrar una buena estabilidad económica, por el momento no pretenden regresar, pues aseguran que pasarán muchos años para que nuevamente vuelva a levantarse y sea un atractivo turístico y comercial.

“No por el momento, no tenemos familia allá, a Acapulco le va a tomar mucho tiempo en volverse a levantar, está muy escaseada el agua, la luz, también me vine porque mi bebe sufre de asma y se estaba deshidratando, mi mamá sufre de su presión y también necesitaba de su insulina”, señaló.

La joven de 22 años de edad, dijo que apenas si lograron tomar una mochila con un poco de sus pertenencias y unos pañales que les regalaron para emprender el viaje al estado de Veracruz. 

“Nada más salimos con una mochila donde traíamos todas las cositas de nuestros niños, un poquito de pañales que me habían regalado, toallitas igual, pero gradecida cono que hayamos llegado aquí, poco a poco nos vamos a volver a alzar, yo lo sé”, sostuvo.

GRACIAS A DIOS ESTAMOS BIEN 

A su corta edad, el pequeño Matías trata de asimilar el cambio radical que acaba de dar su vida, ya que hace unas semanas se encontraba jugando en compañía de sus mascotas al interior de su casa y hoy en día, apenas si tiene dos prendas para vestirse.

“Se me volaron mis cosas, mis juguetes, mi perro se pido salvar, pero también se robaron nuestras cosas, los muebles, colchones, se volaron las laminas, también todos mis juguetes, mi ropa, solo tengo dos cambios de ropa, pero lo bueno que estamos todos bien, nadie quedó atrapado”, recordó.

TODA AYUDA ES BUENA 

Actualmente la señora Zulema y su familia se encuentran refugiados en la casa de sus padres ubicada en la calle Mecayapan #115 de la colonia Lomas de Barrillas en Coatzacoalcos, donde piden el apoyo de la ciudadanía.

Luego de perder contacto con su familia que se encontraba en medio del huracán, doña Teresa Flores agradece a dios y a la vida el poder reencontrarse con hija, sus nietos y bisnietos, a los cuales recibió en su hogar con los brazos abiertos.

“Me siento un poco triste y alegre a la vez porque ya la tengo aquí con vida, porque yo no pude tener comunicación con ellos por más de una semana. Me preocupé mucho, por todo lo que pasó, pues no sabía lo que iba a suceder, yo escuchaba las noticias, que iba a pasar un huracán de categoría cinco, pero nunca me imagine que todo esto iba a pasar, muy feo”, sostuvo.

Actualmente requieren el apoyo de la población con víveres, alimentos no perecederos, pañales, productos enlatados y lago de ropa, para que puedan salir adelante, en tanto se recuperan para trazar un nuevo destino.