El altar de muertos no se coloca a partir del 1 de noviembre como todos piensan, pues la tradición dicta algunos días para casos especiales; su precio puede variar de los 411 a más de 600 pesos de acuerdo al gusto de cada persona.
Esta celebración se remonta a la época prehispánica de México, en la que varias etnias rendían culto a la muerte.
Dicha tradición fue nombrada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a partir de 2008 por la Unesco, pues a nivel internacional son los días 1 y 2 de noviembre los más vistosos con los altares.
De acuerdo con la tradición azteca, la colocación del altar comienza desde el 27 de octubre para conmemorar a las mascotas que partieron de este plano.
"Lo que denominamos 'culto a los muertos' o 'culto a los antepasados', corresponde a una elaborada y compleja escatología ancestral, consustancial a las culturas mesoamericanas, cuyas prácticas y significado desconocemos casi en su totalidad; constituyó una parte central de sus creencias religiosas, el pensamiento, la mitología, la cosmovisión, el simbolismo y el esoterismo prehispánicos, cuyos testimonios encontramos en los monumentos, la escultura, la cerámica, en la pictografía de los códices y en los cotidianos hallazgos arqueológicos", explicó Víctor Joel Santos Ramírez, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en su artículo 'El origen del Día de Muertos'.
En la cultura mexica se rendía culto a los dioses Mitecacíhuatl y Mictlantecuhtli, que eran encargados del destino de Las ánimas considerados señores del Mictlán: 'Lugar de los Muertos', por lo que se dejan ofrendas desde antes del 1 y 2 de noviembre.
En la tradición prehispánica la ofrenda se monta a partir del 27 de octubre para conmemorar a las mascotas, pues de acuerdo con los aztecas estas eran las únicas que podrían cruzar al otro lado del Mictlán acompañando a las almas.
El 28 de octubre se dedica a las personas que perdieron la vida de forma trágica e inesperada, el 29 de octubre es para las Ánimas del Purgatorio, el 30 de octubre es para las almas olvidadas, solitarias y perdidas; mientras que el 31 de octubre para los niños que fallecieron antes de recibir el bautismo.
La celebración del Día de Muertos se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre; de acuerdo con el calendario católico, el 1 de noviembre corresponde a Todos los Santos, día dedicado a los muertos pequeños; y el día 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, a los adultos.
"Su origen se ubica en la armonía entre la celebración de los rituales religiosos católicos traídos por los españoles y la conmemoración del día de muertos que los indígenas realizaban desde los tiempos prehispánicos; los antiguos mexicas, mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos originarios de nuestro país, trasladaron la veneración de sus muertos al calendario cristiano, la cual coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, principal cultivo alimentario del país", señaló el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal.
El altar de muertos es una ofrenda que se coloca para honrar a los seres queridos fallecidos, lo que forma parte fundamental del Día de Muertos, siendo un ritual colorido y sagrado a manera de un encuentro con los difuntos.
La elaboración de éstos puede ser económica o costosa de acuerdo con los niveles que cada persona quiera añadirle, aunque la tradición señala que son siete, pues todos representan la visión del mundo terrenal y espiritual, así como los cuatro elementos de la naturaleza.
Si se trata de un altar de dos niveles, éstos representan la división del cielo y la tierra, así como los elementos representativos: Frutas y la lluvia.
Cuando es de tres niveles ejemplifican la tierra, el cielo y el inframundo, es decir, la tierra, el purgatorio y el reino de los cielos, en el caso de uno de siete niveles son los tipos de muerte.
Cada nivel tiene un significado en este orden: El santo, ánimas, purificación, el alma, comida, el retrato y la cruz.
El altar consta de sal y un mantel blanco en su primer nivel, pues el color es la pureza, mientras que la sal es indispensable para purificar las almas.
El agua reduce la sed de las ánimas tras el largo recorrido, por lo que no puede faltar en un altar así como las velas al fungir de guías.
Las calaveritas para representar a la muerte tal como indica la tradición mesoamericana, las flores aromatizan y adornan el altar para guiar a las almas de los seres queridos.
El pan de muerto es una muestra de afecto a los difuntos, mientras que el papel picado representa el aire y la comida es para deleitar a los muertos que visitan esta ofrenda, así como una manera de honrarlos, no sin antes colocar el retrato de éstos.
El costo de un ramo de flores de temporada como cempasúchil es en promedio de 25 pesos, el pan de muerto es de 16 pesos, así como otras frutas de temporada cuyos precios van desde los 20 a 150 pesos, mientras que las calaveritas están de los 35 a 10 pesos de acuerdo al material con que son hechas.
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