Para alcanzar el éxito es necesario evolucionar. Los cambios y aprender constantemente de nuestros errores nos ayudan a avanzar y ser mejores en todos los aspectos de nuestra vida. Para eso, la sabiduría japonesa cultiva el término Kaizen, que en alfabeto se escribe (改善) donde:
Mejorar constantemente. Esforzarte por corregir todos los aspectos que deben ser cambiados para mejorar tu vida y la de aquellos que te rodean, porque son esos pequeños cambios, por más sencillos que sean, los que hacen la diferencia. Siempre ir un paso más allá.
Edwards Deming, estadístico estadounidense, retoma este concepto y defiende que todo proceso es variable y que cuanto menor lo sea, mayor será la calidad del producto resultante: “Hay que desterrar la complacencia, aprender a reconocer las demandas del cliente, eliminar los desperdicios y optimizar el tiempo”
Por esta razón, el sistema organizacional japonés tiene tanto éxito y el principio kaizen se ha vuelto tan popular en el mundo empresarial, ya que se encarga de reconocer las demandas del cliente, eliminar los desperdicios y optimizar el tiempo.
Cambios pequeños, pero continuados, dan mejores resultados que un único cambio por más grande que sea.
Por eso busca mejorar en todas las áreas de tu vida. Aunque sean pequeños cambios, pueden sumar y tener gran impacto con el tiempo.
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