La mayoría de las personas comparten con alguien cercano y buscan ayuda médica cuando sienten un malestar físico. Sin embargo, por el estigma y el desconocimiento que existe sobre las condiciones mentales, disimulan si experimentan alguna incomodidad emocional.
Cuando se ignoran las señales de que algo no anda bien con nuestro estado mental, la situación puede agravarse e impactar el funcionamiento del día a día, las relaciones personales, y el rendimiento laboral.
Tendemos a querer olvidar eventos traumáticos sin gestionar las emociones que los acompañan. Esto puede llevar a debilitar seriamente la salud emocional.
Si pasas un periodo mayor a dos semanas, sintiéndote alterado, ansioso, o deprimido, busca ayuda. A veces conversar con alguien nos permite ventilar sentimientos y poner las situaciones en perspectiva. También puedes acudir a algún profesional de la salud que te evalúe y haga recomendaciones.
Es importante aclarar no tiene que existir un trauma para desarrollar un malestar emocional. Puede aparecer sin que haya una razón específica.
Si notas que el comportamiento habitual de una persona que amas ha cambiado, atrévete a abordarla y preguntarle si se encuentra bien. Probablemente, tome varios acercamientos hasta que se abra y explique lo que está ocurriendo.
Muchas veces solo mostrar interés y escuchar con empatía y sin juzgar es suficiente. Pregunta cómo puedes ayudar, en lugar de presumir qué es lo que la persona necesita o comparar su situación con tus vivencias.
No hay nada malo con sugerir a ese amigo o familiar que busque ayuda.
Hay ocasiones en que las personas necesitan terapia o medicarse por un periodo de tiempo específico para lograr equilibrar el impacto emocional o neurológico que padecen, de la misma manera que hay regímenes para sanar o tratar un asunto físico.
Con el apoyo adecuado, una persona puede superar o estabilizar asuntos de salud mental y tener una vida productiva y tranquila.
Recuerda que dejar de practicar actividades -a primera vista aplazables y cotidianas- como dormir, descansar, tener esparcimiento, disfrutar de la naturaleza, hacer ejercicio y llevar una dieta apropiada, también deteriora el bienestar mental.
Es hora de recorrer el velo de misterio y la vergüenza relacionada con la salud emocional. Nuestro bienestar mental es tan esencial y requiere tanto cuidado y atención como nuestra salud física.
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