Las Choapas | 2023-09-10
La Carretera Las Choapas-Cerro de Nanchital, que debía ser un símbolo de desarrollo para los habitantes de esta región, se ha convertido en un monumento a la ineptitud y la falta de calidad en la construcción de infraestructura pública.
A tan solo meses de haberse iniciado el mantenimiento de la rúa que mantiene comunicada a la zona rural, los ciudadanos lamentaron que la obra ya está deteriorada, llevándose consigo no solo sus impuestos, sino también la seguridad de quienes circulan por esta ´carretera de la muerte´.
La rehabilitación de los tramos, ha sido objeto de críticas severas por parte de la comunidad, que no ha escatimado en calificarla como una 'porquería' y un ejemplo lamentable de mala gestión de fondos públicos.
Uno de los problemas más evidentes es la construcción deficiente de las cunetas destinadas a canalizar el agua pluvial, en lugar de cumplir con su función de drenaje, les dejaron un borde que impide la salida del agua, provocando vados peligrosos que podrían enviar a los vehículos fuera de la carretera y con resultados funestos.
Además, la falta de acotamiento, que curiosamente no se contempló en el proyecto supervisado por la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (Siop), está contribuyendo al desgaste de las cunetas, debido que la erosión está fragmentando estas estructuras de mala calidad, lo que, a su vez, afecta la infraestructura de la carretera.
Los habitantes de las comunidades rurales, quienes deberían beneficiarse de esta importante vía de comunicación, están indignados por la falta de calidad en la obra, ya que en algunos tramos, ni siquiera se han construido las cunetas necesarias para el drenaje.
Esto no solo pone en peligro la seguridad de los conductores, sino que también amenaza con inundar las parcelas que colindan con la vía de comunicación.
A pesar de la millonaria inversión, en algunas partes de la carretera no hay cuneta, por lo que se estima que la lluvia encharcaría el camino comprometiendo las condiciones de seguridad de los vehículos y conductores.
Esto se debe a que los choferes tendrían mayor peligro de sufrir un deslizamiento incontrolado de su automóvil, al producirse cuando los neumáticos no se adhieren al asfalto a causa del agua que cubre el suelo y los baches.
En un recorrido realizado por la zona revela que los trabajadores encargados de la construcción ni siquiera siguen los procedimientos básicos, porque la vegetación y la tierra no se retiran ni se compacta adecuadamente, lo que debilita aún más la estructura de la rúa. Sorprendentemente, las cuadrillas de obreros trabajan sin supervisión de ningún encargado de la obra o de la Siop, lo que ha generado numerosas irregularidades.
A pesar de todas estas deficiencias, la rehabilitación continúa avanzando sin intervención de las autoridades municipales, como la alcaldesa Mariela Hernández García, quien guarda silencio, sin presentar ninguna denuncia por las deficiencias, ya que al parece no le importa las quejas y preocupaciones de la comunidad.