Soteapan | 2022-11-16
Aunque el numero de solicitudes de padres de familia para que el registro civil lleve a cabo matrimonios entre menores de edad como aun es costumbre en Soteapan, ha disminuido al saber que ya la ley no lo permite.
El numero de inscripciones de hijos por parte de padres menores de edad, continua siendo una constante, dijo el oficial del registro civil, licenciado Walter Isaías Garduza Cruz.
Expuso en entrevista con Imagen del Golfo, que la formalización de la costumbre de hacer que menores de edad contraigan matrimonio ha ido disminuyendo debido a la información que se ha otorgado a los padres de familia, que son los que buscan realizar ese tramite bajo su consentimiento.
Sin embargo, dijo, se les ha explicado que la reforma al código civil lo impide y eso ha servido para que las solicitudes cada vez más vayan a la baja.
Sin embargo, informó, la incidencia de inscripción de hijos por parte de menores de edad, es aun recurrente:
Opinó que esa situación persiste porque hay comunidades donde la comunicación es difícil y por eso ,no tienen la información adecuada para prevenir en primera la costumbre de permitir que sus hijos siendo menores de 18 años, contraigan matrimonio y en segunda, sean padres a tan corta edad.
El Concejo nacional de población (CONAPO) puso a Soteapan dentro de una serie de relatos cortos que denuncian la existencia de los matrimonios y uniones infantiles en el país.
Mediante el titulo de “Niñez interrumpida; un matrimonio forzado, la CONAPO publica la historia de Juana, una niña indígena de Soteapan que fue obligada a irse a vivir con otro menor de edad, a cambio de un cerdo como dote.
Actualmente esa niña ya es adulta, sigue viviendo en unión libre con su esposo e incluso ha tenido que dar dote de un toro a otra familia porque un hijo suyo, también menor de edad, se unió a una muchacha de Soteapan.
Ese relato fue aportado por la revista Animal político bajo el titulo de “La realidad de los matrimonios forzados en Veracruz.
Juana, a quien en la historia se le cambió el nombre, se describe como una mujer analfabeta que no hablaba español al momento de ser obligada a unirse en concubinato con quien ahora, 20 años después de haber ocurrido el matrimonio forzado, sigue siendo su marido y quien, aseguró, no la maltrata.
El ensayo fue también publicado por Reforma este año.