Cosoleacaque | 2023-12-21
"Ahí va el hombre pata de palo", le dicen los niños al verlo pasar. Se refieren a Mario Hernández Jiménez, mexicano que soñó hace 23 años con cruzar a los EEUU y el busca del sueño americano perdió una pierna, resbaló del tren y lo mútilo.
Hoy han pasado los años, y ha aprendido a vivir con una pierna de palo, que él mismo se hizo, así se la ideó para trabajar de albañil, tejiendo mecedoras, ningún trabajo es impedimento para él, pues dice que la incapacidad está en la mente.
En estas fechas decembrinas, Mario Hernández vende dulces para ir a visitar a su mamá y pasar el Año Nuevo a su lado.
Hernández Jiménez es originario de Ciudad Isla, Veracruz, hace años quiso salir de su tierra para ir en busca de oportunidades, y se sumó a una caravana de migrantes junto a otros amigos. Llegaron hasta Tijuana y ahí ocurrió la tragedia que marcó su vida.
Y así regreso a casa sin una pierna, ahí, su madre, la señora Yolanda Jiménez, lo cuido, y lo motivo para salir adelante. No tenía una pierna pero estaba vivo, Dios le había dado la oportunidad de seguir en esta tierra.
Así que Mario abrazo todo el cariño y el amor de su madre, y no se dejó caer. No dejo que los malos pensamientos como quitarse la vida pasaran por su mente como otros amigos que lamentablemente escapan por la puerta falsa.
Al no tener dinero para una prótesis y el deseo de volver a caminar por las calles hizo que se ideara la manera de hacer una extensión de su cuerpo, y tomó madera y vendas y al poco tiempo tenía su pierna de palo.
Los niños lo ven pasar y les recuerda al capitán Barbosa de la película piratas del caribe que pierde una pierna al enfrentarse con Barbanegra y la sustituye por una de palo.
Él ahora solo ríe, pero relata que no fue fácil, pero poco a poco pudo aprender a caminar, aunque cuando sale a la calle no puede sentarse debido a que no es una prótesis, pero con el hecho de valerse por si mismo y trabajar es feliz.
Por ahora vive solo en Coatzacoalcos, y este fin de año se la pasará en Isla con Yolanda, su madre, así que tomo una canasta, compro unas paletas, se sube en los camiones y ofrece sus dulces.
La primera parada la hizo en Minatitlán, el camión lo bajo cerca del hospital Civil, así que aprovechó a vender un poco de dulces, luego tomará un camión para Cosoleacaque y Acayucan y así hasta llegar a Isla.
Mario no lleva maletas, solo va vendiendo sus dulces, y de lo que va juntando le dará a su madre para la cena de esa noche, y así pasar el Año Nuevo con la mujer de su vida, su madre, que estuvo con él en él peor momento, relata.
Hernández Jiménez es uno de muchos mexicanos que tenía el sueño americano, aunque ahora él vive para contarlo aún cuando perdió una extremidad de su cuerpo.
La estadística dice que 7 mil 773 mexicanos mueren en territorios fronterizos de EUA en busca del sueño americano entre el 2001 y diciembre de 2022.