Nanchital | 2021-06-27 | Areliz Sosa
Mi familia ha sacrificado todo a causa de mi enfermedad, mi única hija dejó de estudiar porque el dinero no alcanza para cubrir mi tratamiento, curaciones, hemodiálisis y traslados al Hospital Comunitario, ahora mi esposa se hace cargo de todos los gastos de la casa y mi cuidado, expresó con lágrimas en los ojos Miguel Herrera Domínguez.
A la edad de veinte años le detectaron diabetes tipo dos, la enfermedad fue avanzando causando estragos en su salud por la falta de recursos económicos o al no contar con servicio médico para llevar el tratamiento.
“La atención medica que recibía y cubría el medicamento la obtuve cuando laboraba, al quedar desempleado la carga económica, tratamiento y demás la asumió mi mujer, mi hija Thaíz Aramí también ya no pudo continuar con sus estudios, cada vez que le preguntan ella llora porque sabe que por el momento no tendrá una carrera profesional, conformándose con estudiar algo de belleza, para contribuir con los gastos de la casa”, expresó el entrevistado.
Añadiendo Miguel, durante varios años me estuvieron haciendo diálisis, al infectarse el catéter, optaron los médicos por la hemodiálisis situación que me obliga a trasladarme tres veces por semana al Hospital Comunitario, como no puedo caminar bien porque me cortaron parte del pie en el cual tengo una ulcera que no ha cicatrizado porque la crema me sale en cerca de 600 pesos, contratamos el servicio de un taxista que nos cobra 250 pesos solo por llevarnos, es decir por cita gastamos 500 pesos dinero que no tan fácil obtiene mi esposa con la venta de tamales y chiles rellenos.
“Durante unos años viví en Nanchital y eso nos dio la oportunidad de medio parar nuestra casa, sin embargo los médicos me solicitan un espacio libre polvo, climatizado y no lo puedo obtener porque a veces y hay para comer, por eso pido el apoyo de la ciudadanía quienes conocen los efectos que causa esta enfermedad saben que no miento y que los gastos son muchos y para personas que viven al día tienen que sacrificar todo”, expresó Miguel Herrera.
Soy un hombre afortunado por tener una hermosa familia, pero eso no me impide sentirme responsable que mi hija no aprenda un oficio porque no hay recurso, y difícilmente puedo pagarle una carrera, si usted tiene el deseo de contribuir con medicamentos o apoyar a mi hija para que aprenda algo de belleza como es su sueño, finalizó el padre desesperado.