Ixhuatlán del Sureste | 2024-05-13
Habitantes de la congregación el Túnel perteneciente al municipio de Ixhuatlán del Sureste, resultan afectados por la sequía de los pozos artesianos, falta de drenaje y los problemas en el servicio de energía eléctrica, como medida de presión los ciudadanos cerraron los accesos a las vías del tren, porque aseguran que la ampliación de las vías férreas son responsables de la falta de servicios.
Más de cincuenta familias que llevan viviendo más de treinta años cercas de las vías del tren Maya, resultan afectados por ampliación de las vías férreas, y es que el encargado de la compañía que desde hace varios meses efectúa los trabajos de demolición de viviendas, colocación de escurrimientos de concreto se ha encargado de hacer caso omiso a la opinión de la población, al igual que el agente municipal.
En los últimos dos meses con el apoyo de bombas están secando los pozos y destruir la red drenaje, responsabilizando al gobierno municipal de los daños y reparación de los mismos.
Para escuchar a los ciudadanos, Diario del Istmo camino entre piedras, escombros y polvo, más de un kilómetro donde ya eran esperados por amas de casa y hombres que resultan afectados por la falta de servicios básicos y de primera necesidad, los cuales bloquearon con conos, alambre y algunos palos la zona donde se lleva a cabo los trabajos de ampliación de las vías férreas.
Si requerimos llenar un tanque de 100 litros no se logra durante el día, en algunas casas vivimos más de cinco personas y no alcanza para el aseo personal, lavar trastes, baño, limpieza del hogar o regar frente a la casa para que el polvo no entré a la casa, explicaron los quejosos.
Pese a la falta de agua le suman la destrucción de la red de drenaje, que según no existía, el estancamiento de agua en los escurrimientos que están construyendo aún costado de las vías, la caída de cables de luz, así como la prohibición de las unidades que abastecen de agua purificada a la ciudadanía.
Para finalizar, los inconformes puntualizaron que los niños y adultos caminan más de un kilómetro entre el polvo, lodo para llegar a la clínica, escuela y de protegerse de los vehículos de la empresa porque no respetan los límites de velocidad.