Desdén médico y negligencia, la dolorosa lucha de Estrella contra el lupus en Agua Dulce | VIDEO

Estrella Cruz Morales tiene muchas ganas de vivir, pero no ha recibido el trato adecuado.

Agua Dulce | 2024-11-26

Estrella Cruz Morales, una joven de 17 años diagnosticada con lupus hace año y medio, enfrenta una realidad desgarradora que desnuda la precariedad del sistema de salud. A pesar de seguir un tratamiento, sufrió una recaída que la llevó de emergencia al IMSS de Coatzacoalcos. Allí, en lugar de respuestas y esperanza, encontró un sistema indiferente y carente de recursos para atenderla adecuadamente.

La gravedad de su estado obligó a trasladarla al hospital de Orizaba, solo para ser confrontada con la ausencia de médicos especialistas y una cruel sentencia, está desahuciada, según le informaron sin empatía alguna. 

Pero la verdadera tragedia llegó cuando la joven y su madre, Áurea Cruz Morales, fueron obligadas a regresar a Coatzacoalcos sin el respaldo de una ambulancia y sin la asistencia necesaria para un traslado digno.

Sin dinero ni opciones

Sin medios económicos ni opciones, Áurea cargó a su hija enferma hasta una terminal de autobuses. El viaje, marcado por la desesperación y el cansancio, culminó en Coatzacoalcos durante la madrugada, donde un taxi fue la única alternativa para llegar a Agua Dulce. 

Con un costo de 500 pesos que representó un gasto extraordinario para esta familia de escasos recursos, la travesía dejó al descubierto la falta de sensibilidad y apoyo por parte de las autoridades sanitarias.

Su lucha y sus ganas de vivir

Más allá del diagnóstico devastador, Estrella mantiene intactas sus ganas de vivir. Sin embargo, su lucha está condicionada por un sistema de salud fragmentado, burocrático y profundamente injusto. 

Ni siquiera los viáticos del traslado fueron cubiertos, pues la fecha no coincidía con el calendario administrativo. Esta deshumanización se convierte en una barrera que, lejos de atender, condena a quienes dependen del sistema.

Estrella, una estudiante ejemplar del Cecytev, ve cómo sus sueños se desmoronan por la incapacidad de acceder a tratamientos adecuados. La joven no pide milagros, solo un mínimo de empatía y el respaldo médico que podría darle una nueva oportunidad de vida.

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