Nanchital | 2023-01-19
Una pareja de ancianitos, está enfrentando una de sus peores etapas de su vida, luego de trabajar por más de 50 años con la familia Alvarado, dueño de la conocida tienda Super Eco, fueron despedidos injustificadamente y sin liquidación.
Desde la semana pasada, Lucia Flores Méndez una mujer de la tercera edad, fue despedida con violencia del establecimiento donde laboró los últimos 25 años.
La mujer gozaba de la confianza de Juana Alvarado Estudillo la administradora del establecimiento ubicado en el área del Repasto, por lo que diariamente acudía al banco para realizar los depósitos en efectivo, producto de las ventas del día, pero fue durante un fin de semana, cuando por su avanzada edad perdió temporalmente dos fajillas con dinero.
Pese a eso, realizó el depósito correspondiente pero días después, la abuelita fue exhibida ante los clientes como una ladrona, la insultaron y con mentadas de madre la sacaron del lugar, sin la posibilidad que ella explicara que había pasado.
Como se realizó el depósito, no existe denuncia en su contra por robo, por lo que ellos piensan que fue un pretexto para poderlos correr y privándolos de sus derechos laborales.
Manuel Vilchis Pérez, que en sus manos y rostro se observa el paso de sus 71 años, es esposo de doña Lucia; cuando los hechos ocurrieron él se encontraba incapacitado por enfermedad y a pesar de ello, no recibía ninguna prestación, se presentó a la tienda, pero también fue vejado, incluso fue retado a golpes por la encargada, Josefina Gómez Méndez una mujer joven y con mayor peso que él.
Incluso ella misma presentó una denuncia por amenaza, debido que teme ser supuestamente agregada por la mujer de la tercera edad, diabética, hipertensa, con dolencias en las piernas y con dificultad para poder ver.
A pesar de los malos tratos que han recibido, refieren que solo desean resolver el conflicto laboral con la familia Alvarado, a pesar que el caso ya se ventila en las oficinas de Conciliación y Arbitraje.
Aùn cuando la pareja de la tercera edad, ya no laboran en la tienda, no recibieron ninguna liquidación, al contrario, piden que acudan con el contador, quien ni siquiera les recibe las llamadas.
El señor, dijo que cuenta en su poder con las llaves de una camioneta, pero a pesar que se a presentado a entregarlas, nadie se las recibe, ya que la encargada lo ignora.