Agua Dulce | 2020-03-30 | Miguel Á. Rodríguez
El Golfo de México, devoró la costa de Agua Dulce, en menos de 13 días el mar avanzó sobre 15 metros de playa, lo que provocó el derrumbe de al menos cinco palapas.
La fuerte marejada arrastró sillas, mesas, enfriadores y hasta los pesados horcones que sostenían los tejados, las olas entraron hasta el subsuelo de las estructuras de concreto, dejando barandales y escaleras ‘al aire’.
Don Alfonso Arnica Reyes, un hombre de 80 años de edad, salvó la vida de manera milagrosa, a mediados del mes cuando fue sorprendido por el fuerte oleaje, pero intentó ganarle a la naturaleza, al ver que su único patrimonio quedaría en el fondo del mar.
Con sogas comenzó amarrar su palapa, narró que arriba de la escalera, fue alcanzado por una ola, que lo derrumbó pero logró abrazar uno de los maderos que era golpeado con fuerza por el oleaje y permaneció de esa manera hasta que el mar de tranquilizó.
Hoy, su palapa como la de otros cuatro prestadores de servicio, no pueden ser utilizadas, porque toda la estructura fue amarrada con sogas, el trabajo para rehabilitar el lugar será de varios meses porque Don Alfonso trabaja solo.
La intensidad de la marejada, pero sobre todo el avance del mar sobre la playa, se puede observar en la propiedad de Don Alfonso, el horcón o madero que levantaba el techado por arriba de los dos metros de alto, terminó enterrada dejando apenas 20 centímetros ente la arena y el techo.
Los afectados, recuerdan que esta no es la primera vez que el mar ingresó a sus restaurantes, la primera fue el 17 de febrero de 1991, cuando una fuerte marejada, arrastró las escaleras y bardas de los negocios y tardó casi tres años para que el mar retrocediera.
“Antes teníamos 20 metros de playa, ahora apenas 5 metros, con esto y la contingencia que provocó el coronavirus no obtendremos ninguna ganancia, la actividad está paralizada, la zona donde llegaban haber hasta seis mil personas, ahorita solo están llegando dos o tres familias”, reveló el entrevistado.