Coatzacoalcos | 2024-09-04
El empresario Miguel Ángel Toledo Orozco, padre de una de los siete jóvenes que perdieron la vida ahogados en el río Calzadas el pasado 14 de julio, denunció estar siendo víctima de extorsión por pare de la delincuencia.
Fue a través de sus redes sociales que realizó la publicación donde reveló que a pesar de estar sin trabajo y de recientemente haber enterrado a su hija, así como enfrentar deudas y tener demás gastos, está siendo blanco del llamado "cobro de piso".
"Ando sin chamba, Acabo de enterrar a mi hija debo hasta el terreno del panteón y todavía la delincuencia me dice que tengo que pagar piso?", se puede leer en la publicación desde su red social.
El fallecimiento de su hija Kataline, ocurrió el 14 de julio junto a seis amigos, más que cayeron al río Calzadas en un muelle de la colonia Elvira Ochoa, a bordo de una camioneta blindada que se hundió.
Después de registrarse esta fatal tragedia, el empresario ha compartido mediante sus redes sociales, recuerdos con su hija, y aspectos de vida cotidiana, ya que diariamente postea como lo difícil que ha sido sobrellevar la ausencia de su hija.
En las publicaciones, Miguel Ángel ha narrado como está superando el trance y como recuerda a Kataline todos los días, ya que nunca dejará de amarla y siempre será su niña.
Desafortunadamente ahora ha narrado como delincuentes lo están extorsionando, en el post, señaló que está es la realidad en Coatzacoalcos, y desafortunadamente es una situación, que se vive diariamente en todos los sectores de la sociedad.
La noche del día sábado, 13 de julio del presente 2024, un grupo de jóvenes celebraban su egreso de la universidad en un salón de eventos ubicado en las calles Agua Marina y Perla de la colonia Elvira Ochoa de Coatzacoalcos. Sin embargo, cerca de las 20:30 horas del citado día trascendió que la camioneta Chevrolet en la que los muchachos se desplazaban estaba cerca de una zona inclinada; además de estar en posición de neutral y sin freno de mano.
Debido a esto, el vehículo se movió solo y cayó al afluente sin que ninguno pudiera escapar, ya que, la unidad estaba blindada y no había forma de abrir puertas o ventanas por dentro, convirtiéndose en una trampa mortal para los siete porteños que celebraban su regreso a la ciudad y la culminación de sus estudios.
Las labores de rescate fueron complicadas debido a la fuerte tormenta que esa noche azotaba la ciudad, así como por el peso de la camioneta, por lo que se requirió el trabajo de tres grúas para poder sacarlos del agua.
Las víctimas de este fatal accidente fueron identificadas como: María Díaz Pelayo (21 años), Mayra Reyes Sánchez (21 años), Pablo López Guerrero (21 años), Luz Paulina Hernández (22 años), Katelin Toledo (21 años) Julio Vizcaino (22 años) y Perla Álvarez Pacheco (22 años).