Ciudad de México | 2020-09-24 | Staff Imagen de Golfo
? Los quesos procesados y los yogures elevan el riesgo de padecer obesidad y aumentan las concentraciones de colesterol en la sangre.
Ciudad de México a 23 de septiembre de 2020.- Si bien los productos lácteos ofrecen vitaminas y minerales necesarios para la salud, también son fuente de grasas saturadas, las cuales han sido ligadas con obesidad, afecciones cardíacas y dislipidemias.
Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) señalan que el alto contenido de grasas saturadas en leche y otros productos lácteos son uno de los principales factores que contribuyen al desarrollo de enfermedades cardíacas (1).
También se identificó que el riesgo de desarrollar una cardiopatía se reduce hasta en un 24% cuando las personas cambian las grasas provenientes de lácteos por grasas poli-instauradas, como las presentes en las nueces, pescados, nueces y semillas de girasol.
Incluso, la evidencia señala que reemplazar el mismo número de calorías por carbohidratos provenientes de granos enteros contribuye a aminorar el riesgo de enfermedades cardiovasculares hasta un 28 por ciento.
Respecto a consumo y preferencias, la firma de investigación de mercados Mercawise, reportó que el 50.8% de los hogares mexicanos consumen productos lácteos de manera diaria y solo el 0.8% no ingiere este tipo de alimentos.
Entre quienes consumen yogur de manera habitual, se identificó que solo el 2.4% de las personas hacen su elección basándose en el contenido de grasas (2).
De acuerdo con un análisis de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) los quesos procesados, en especial, contienen un exceso de tres de los cuatro nutrientes críticos: grasas totales, grasas saturadas y sodio (3) y son el segundo producto lácteo más consumido en el país, solo por debajo de la leche, de acuerdo a Mercawise.
La OPS reportó que de 2009 a 2014, los productos ultraprocesados con mayor crecimiento en cuanto a ventas per cápita se encontraron los quesos procesados (30% de crecimiento), el yogur endulzado con aromatizantes (27.9%) y los helados (24.7%). Esta tendencia seguiría en aumento entre 2014 y 2019, indicaron.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud ha sido enfática en que para mantener una alimentación saludable, es necesario preferir productos lácteos descremados o con un menor contenido de grasas.
Y es que la leche entera de vaca contiene un alto contenido de grasas totales (un mínimo de 30 gramos por litro), del cual el 65% son grasas saturadas. Estos nutrientes críticos se relacionan con un elevado riesgo de obesidad, y aumentan las concentraciones de colesterol en la sangre (dislipidemia) (4).
Cabe destacar que el 38.2% de los niños mexicanos de 5 a 11 años consumen regularmente bebidas lácteas endulzadas, las cuales entran en la lista de alimentos no recomendables reportados en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 2018 (5).
Otro trabajo que toma como base de los datos de la Ensanut 2006 apuntó que los derivados de la leche y la leche en sí son los principales productos que proveen grasas saturadas en la dieta del país, seguidos del pan y las galletas, los quesos, las carnes y huevos, platillos mexicanos tradicionales y las papas fritas (6).
*Los ganadores del mercado de lácteos en México
En México el mercado de los lácteos representa el 10% del PIB de la producción alimentaria. De acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de Industrias de la Leche (Canilec) la producción de leche fluida y yogur, los productos lácteos más sanos, muestran una tendencia a declinar en la presente década, mientras que los derivados con alto contenido de grasas como la mantequilla, crema y queso mantendrán su dinamismo (7)
Las principales marcas en el sector son Lala, seguida de Nutrileche y Alpura, de acuerdo con datos del Brand Footprint 2020 de la consultora KantarWorldpanel.
Para lograr que una estrategia sea exitosa, en el combate contra la pandemia del sobrepeso y la obesidad, resulta imprescindible ampliar el análisis sobre los productos ultraprocesados que rebasan las recomendaciones de sodio, grasas saturadas y azúcares.
Fuentes:
(1) Chen M, Li Y, Sun Q, Pan A, Manson JE, Rexrode KM, Willett WC, Rimm EB, Hu FB. Dairy fat and risk of cardiovascular disease in 3 cohorts of US adults. Am J Clin Nutr. 2016 Nov;104(5):1209-1217. doi: 10.3945/ajcn.116.134460. Epub 2016 Aug 24. PMID: 27557656; PMCID: PMC5081717.
(2) Mercawise, 2015, Estudio de mercado sobre consumo de productos lácteos en México. Disponible en: https://www.mercawise.com/blog/estudios-de-mercado/estudio-de-consumo-sobre-yogurt-y-productos-lacteos/
(3) OPS, 2019. Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina. Disponible en: https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/51523/9789275320327_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y
(4) Rivera-Dommarco J, López-Olmedo N, Aburto-Soto T, Pedraza-Zamora L, Sánchez-Pimienta T. Consumo de productos lácteos en población mexicana. Resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012. México: Instituto Nacional de Salud Pública, 2014
(5) Presentación de Resultados Ensanut 2018, disponible en: https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/doctos/informes/ensanut_2018_presentacion_resultados.pdf
(6) Ramírez-Silva, I., Villalpando, S., Moreno-Saracho, J.E. et al. Fatty acids intake in the Mexican population. Results of the National Nutrition Survey 2006. NutrMetab (Lond) 8, 33 (2011). https://doi.org/10.1186/1743-7075-8-33
(7) Canilec, 2019, Estadísitcas del sector lácteo.https://www.canilec.org.mx/estadisticas%20lacteos%202019.pdf
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