Japón | 2021-05-21 | Reuters
Japón amplió este viernes un estado de emergencia para cubrir la isla sureña de Okinawa, mientras que las autoridades aprobaron dos vacunas más contra el coronavirus para darle prisa a una rezagada campaña de inoculación contra el Covid-19.
Las vacunas recientemente aprobadas, de Moderna y de AstraZeneca, se unirán a la desarrollada conjuntamente por Pfizer y BioNTech para una campaña de vacunación que comenzó a mediados de febrero.
La vacuna de AstraZeneca no se utilizará por el momento, dijo la compañía. Reportes de medios indicaron previamente que el gobierno postergaría su uso debido a preocupaciones sobre coágulos de sangre y sangrado en algunos.
“Haremos todo lo posible para (...) garantizar que todas las personas mayores que busquen vacunas puedan recibir sus do sdosis para fines de julio", dijo a periodistas el ministro de Economía, Yasutoshi Nishimura, quien lidera el esfuerzo de respuesta al coronavirus.
Japón ha inoculado solo al 4.1 por ciento de su población, según cifras de seguimiento global de Reuters, la tasa más baja entre los países más ricos y grandes del mundo.
A diferencia de algunas otras naciones del Grupo de los Siete (G7) que están comenzando a poner fin a las medidas de cuarentenas y cierres antipandémico, gran parte de Japón permanece bajo restricciones de emergencia en medio de una cuarta ola de infecciones.
El viernes, el Gobierno agregó a Okinawa a su lista de nueve prefecturas sometidas a las más estrictas medidas de emergencia .Incluyen Tokio, donde los Juegos Olímpicos comenzarán en unos dos meses.
Persiste el miedo a que los Juegos se conviertan en un evento de gran difusión del virus, lo que ha asegurado la oposición de la mayoría del público a su celebración este año.
Un sondeo de Reuters publicado el viernes mostró que casi el 70 por ciento de las empresas japonesas también quieren que los Juegos se cancelen o pospongan.
Es la tercera semana consecutiva que Japón amplía el estado de emergencia. Con alrededor de 695 mil infecciones y 12 mil muertes, el sistema médico de Japón está cada vez más tensionado por un aumento en las variantes más infecciosas.