Estados Unidos | 2024-09-18
Un trabajador clave que calificó como inseguro a un sumergible experimental condenando al fracaso antes de su último y fatal viaje testificó el pasado martes, 17 de septiembre, que se enfrentó en repetidas ocasiones al cofundador de la empresa, ya que sentía que éste solamente le interesaba ganar dinero.
David Lochridge, exdirector de operaciones de OceanGate, es uno de los testigos más esperados que comparecerán ante la comisión que investiga las causas que ocasionaron la implosión del submarino Titán en su ruta hacia los restos del Titanic el pasado año 2023, en la que fallecieron los cinco tripulantes. Su testimonio rápidamente hizo eco el lunes del de otros exempleados, uno de los cuales describió al jefe de OceanGate, Stockton Rush, como "una persona inestable y con la que era difícil trabajar".
Rush fue una de las cinco personas que perdieron la vida en la implosión. OceanGate era propietaria del Titan y lo llevó a varias inmersiones hacia el Titanic, las cuales se remontan al año 2021.
Según el testimonio de Lochridge, empezó un día después de que otros testigos relataran la imagen de una compañía con problemas que estaba apurada por poner en el agua su embarcación de diseño poco convencional. El accidente desencadenó un debate internacional sobre el futuro de la exploración submarina privada.
Lochridge se sumó a OceanGate a mediados de la década de 2010 como ingeniero veterano y piloto de sumergibles, además de que afirmo que pronto tuvo la sensación de que estaba siendo usado para dar credibilidad científica a la empresa. Narró que tenía la sospecha que la compañía le estaba vendiendo como parte del proyecto "para que la gente viniera y pagara dinero", cosa que no le pareció.