Imagen del Golfo | 2022-09-05
La tercera parte de las tierras del planeta está en riesgo de desertificación. El porcentaje de tierras áridas en los países europeos del área mediterránea es del 33.8%, no obstante el 70% de las tierras áridas a nivel mundial se concentran en África y Asia.
En España, el 74% del territorio es susceptible de sufrir desertificación por encontrarse en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Además, este problema se verá seguramente agravado por la incidencia del cambio climático.
La desertificación es uno de los principales problemas ambientales que afectan al planeta: disminuye la productividad agrícola y ganadera, así como el valor de los recursos naturales y tiene graves consecuencias socioeconómicas.
Se han identificado 6 principales escenarios de desertificación: cultivos de secano afectados por la erosión, tierras agrícolas abandonadas, cultivos de regadío mal planificados, tierras con sobrepastoreo, eriales y matorrales degradados y bosques mal gestionados.
En un sentido simplista, se puede entender que, si se actúa sobre estos factores, se puede revertir la degradación del suelo. Sin embargo, la desertificación es un proceso complejo y multifactorial, y no existe una receta para que un suelo vuelva a su estado original una vez que es demasiado árido. Asimismo, las intervenciones para la rehabilitación de las zonas desertificadas son económicamente costosas y ofrecen resultados limitados. El proceso de recuperación del suelo es lento, se necesitan cientos de años para recuperar un centímetro de suelo. Por tanto, los esfuerzos deben dirigirse a prevenir y mitigar su degradación antes de que el proceso alcance un límite irreversible.