Papantla | 2022-07-15
ESPECIAL II Reforma Escolín es una de las comunidades donde han ocurrido más fugas de hidrocarburo en la zona norte de Veracruz. A pesar de los daños ecológicos y afectaciones que han causado en cultivos agrícolas y al medio ambiente, la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) no ha pagado un solo peso a las familias damnificadas.
El sub agente municipal de esa localidad, Gerardo Pérez Jiménez declaró que en los últimos meses han ocurrido un promedio de 10 derrames de crudo en diferentes áreas, generando pérdidas de cosechas, contaminación en cuerpos de agua y las tierras de diferentes ejidatarios.
El caso más actual comenzó desde hace seis meses. Se trata de escurrimientos de aceite que emanan de una tubería de ocho pulgadas que proviene de las baterías de separación del Campo Poza Rica XX con destino a la Central de Turbo Bombas II Poza Rica, mejor conocido como Campo 2, perteneciente al municipio de Coatzintla.
La espesa mancha negra se ha esparcido dentro de un potrero y un sembradío de maíz. Pero a través de un canal natural de agua, el crudo a contaminado el arroyo que cruza Reforma Escolín y las localidades como Cerro Grande y Rancho Nuevo, ubicadas sobre la carretera federal Poza Rica – Papantla.
Gerardo Pérez indicó que los encargados de Pemex informaron que en la comunidad realizarían cambios de tuberías por los deterioros y desgastes que presentan las líneas subterráneas actuales, y para ello, romperían el concreto hidráulico de la calle principal que recientemente fue construido.
Sin embargo, desde hace más de un mes los trabajadores abandonaron las maniobras, así como varios tramos de ductos que permanecen tirados sobre el potrero. El argumento de “parar” la obra fue que Pemex no les autorizaba los recursos económicos para concluir con los trabajos.
Desde entonces, el hidrocarburo se derrama descontroladamente, y en los alrededores esparce intensos olores a gas que irritan los ojos, el olfato y los pulmones, además de malestares en la salud. En las inmediaciones se encuentran algunas viviendas que fueron construidas en el pozo petrolero número 161, adscrito al campo Escolín.
Pero para el sub agente municipal, Gerardo Pérez, el peligro es más para los estudiantes del preescolar, la primaria, telesecundaria y el telebachillerato que se ubican a unos 200 metros de distancia de la zona del derrame. “Pero eso, la fuga, Pemex lo minimiza… ellos sólo se enfocan en recuperar parte del crudo derramado”, reprochó.