Xalapa | 2020-11-01 | Ariadna García
Los campos de flor de cempasúchil en San Pablo Coapan en el municipio de Naolinco, no son los mismos en esta pandemia por el Covid-19 porque varios campesinos prefirieron no sembrarla por temor a no venderla.
Ello no impide que se pueda disfrutar de hermosos paisajes de color naranja en medio de la montaña que anuncia la pronta llegada de los fieles difuntos.
Víctor Peredo Lara quien, durante sus 58 años se ha dedicado a esta actividad lamenta que este año, la producción de flor de muerto sea menor por la contingencia sanitaria, aunque ello no les quita el entusiasmo para seguir trabajando.
Es en el mes de julio cuando los campesinos riegan la semilla para reponerla en el mes de agosto y sembrarla, para posteriormente, en el mes octubre, cosecharla.
La flor era considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte. El tallo de la flor puede llegar a medir hasta un metro de altura, mientras que sus botones pueden alcanzar los cinco centímetros de diámetro.
El 1 y 2 de Noviembre se celebra en nuestro país a los muertos, son días en los que podemos apreciar el color y olor más intenso de la flor.
En México se estima la presencia de 35 especies de la flor, de las 58 referidas para América.
En el país, los estados de Guanajuato, Hidalgo, Michoacán y Estado de México son los que cuentan con las mejores condiciones de suelo y clima para la producción de cempasúchil. Dicha flor únicamente florece después de la época de lluvias. En el caso de la zona centro del estado de Veracruz, San Pablo Coapan es de los lugares más conocidos por la siembra de esta flor.