México | 2023-03-14
Kiska, la última orca que permanecía en cautiverio en un acuario de Ontario, Canadá, falleció hace unos días, volviendo a poner sobre la mesa el debate sobre la permanencia de animales en esta condición. Tenía 47 años.
En un comunicado, el acuario MarineLand sostuvo que en todo momento su equipo siempre "hicieron todo lo posible para apoyar la comodidad de Kiska", ante lo cual "llorarán su pérdida".
Fue en 2021 cuando se hizo viral un video que mostraba al enorme animal dentro de su hábitat golpeando su cabeza en contra de una de las paredes del sitio, lo que para muchos fue un síntoma de desesperación debido al aislamiento en el que se encontraba desde hace al menos 11 años.
Fue el extrabajador del parque, Phil Demers, quien junto con un grupo de ambientalistas capturaron el duro momento; "este video fue tomado el 4 de septiembre de 2021 (...) esta crueldad debe terminar".
Desde 1979 la orca permanecía en cautiverio; desde 2011 estaba sola en su tanque al haber sobrevivido a todos sus compañeros, incluidas las cinco crías que tuvo durante su vida. Por este motivo era considerada como ´la orca más solitaria del mundo´.
Tras saberse la noticia de su muerte, la organización Orca Rescue Foundation señaló: "Durante más de 40 años ha sufrido la pérdida de su libertad, de sus bebés y todos sus compañeros de tanque".
"Durante los últimos años ha estado en completo aislamiento social de otros de su clase. Esto es lo que ha hecho su soledad y su cautiverio".
En México, la orca Keiko es un ejemplo de todo lo contrario. Aunque en esencia similar a lo ocurrido con Kiska, la orca que fuera residente en Reino Aventura (Six Flags) logró ser puesta en libertad, aunque nunca logró adaptarse a la vida slavaje.
Keiko se hizo conocida por la película Free Willy (1993), que impulsó a ambientalistas a exigir que la ballena, que desde 1986 llegó a México y vivió siempre en contacto con el ser humano, fuera llevada a su hábitat natural.
Al principio se planteó el llevarla a San Diego, Estados Unidos, lo que no fue posible por una enfermedad que tuvo en la piel toda la vida y que pese a ser prácticamente anulada impidió ese intento.
Más tarde, y tras el éxito de la película, se decidió llevarla a Oregon, donde sería jubilada y hasta se le conseguiría la compañía de otra orca de nombre Lolita, lo que tampoco fue posible por la presión de los grupos que seguían exigiendo su libertad total.
Al final Keiko fue llevado a Islandia, sitio donde a pesar de los esfuerzos no logró adaptarse; siempre buscó el contacto con los seres humanos, y no logró que otras ballenas lo aceptaran del todo.
Keiko fue hallado muerto en diciembre del 2003 en las costas de Noruega; nunca hubo una necropsia para saber las causas de su muerte, aunque oficialmente se dice que fue por neumonía. En ese país se erigió una tumba/memorial.
Un recordatorio de que tampoco las buenas intenciones son suficiente.
Cabe recordar que desde hace varios años los circos con animales están prohibidos en la República Mexicana; a raíz de esa ley, se desconoce qué fue de muchos de las especies que estaban en cautiverio en dichos espacios.
Muchos de ellos ni siquiera lograron ser registrados ante autoridades medioambientales, por lo que se deduce que fueron simplemente abandonados a su suerte o vendidos para tal vez tener un final muy lejos de los aplausos.
Keiko es el último intento registrado de liberar a una orca que ha pasado toda su vida en cautiverio a un entorno natural. Y la lección fue bastante dura.