Veracruz | 2022-11-07
En un local ubicado en la calle Cañonero Tampico esquina callejón Tenoya entre Díaz Mirón y González Pages, sobrevive uno de los pocos joyeros del Centro Histórico de Veracruz.
José Alberto Paredes Rivera, heredó el oficio de joyero de su padre y demás familiares, llevándolo a desempeñar su trabajo desde hace 35 años con gran aprecio por el valor sentimental.
Reparar una joya, fundir el metal y hacer el proceso para una pieza nueva fue lo que de pequeño condujo a José a desempeñar el noble oficio.
Desafortunadamente, compartió, éste es de los empleos que más ha sido lastimado con el paso de los años, hecho que los está llevando a extinguirse al menos del centro de Veracruz.
Alberto Paredes dijo que actualmente es muy raro que alguien tenga el poder de adquirir una alhaja, además de que éstas fueron suplidas por la bisutería que también ofrece accesorios llamativos y baratos.
Pese a que el oficio de joyero es caro, la mala económica y la falta de trabajo los ha llevado a tener que bajar los costos.
"Nuestro oficio es caro, pero ahora nos tenemos que ajustar, por ejemplo un trabajo de 100 pesos lo bajo a 50, ya no puedo cobrar lo que sé. También antes nos podíamos dar el lujo de cerrar en mediodía el sábado y ahora tenemos que trabajar hasta los domingos", expresó.
Reparaciones, soldaduras y piezas nuevas con pedazos reciclados de oro, son algunos de los trabajos que José Alberto Paredes Rivera realiza en su negocio "Taller de reparación de alhajas Orient", lugar que pide a los ciudadanos no lo olviden.
Fotos: Iván López.