Actopan | 2022-06-21
ESPECIAL II Pese a fuertes presiones de actores políticos y empresariales, la Iglesia Católica mantiene su defensa en Veracruz de territorios libres de minería tóxica, confirmó a Imagen del Golfo el sacerdote Miguel Ángel Rizo Hernández, de la parroquia de San Francisco de Asís, en el municipio de Actopan.
El religioso reveló que el arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong, ha sido claro en su interés de seguir al lado de los movimientos en defensa de la tierra y la naturaleza en esta zona de Veracruz.
Pérdida de riqueza hídrica ya agobia a la región de Veracruz contemplada por las mineras de Canadá para asentarse. La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (Lavida) denunció que la sequía de la laguna de El Farallón es consecuencia de la explotación minera en la zona, que ha utilizado barrenos, para hacer perforaciones, lo que ha provocado que los pozos y manantiales se sequen, al desviar los cauces naturales de las aguas.
‘No hay excepción. Los proyectos mineros a cielo abierto van siempre de la mano con la escasez de agua y con la generación de enfermedades a través de aguas contaminadas y, por supuesto, el consumo de los recursos al extremo’, expuso a Imagen del Golfo J. Jesús Lemus, especialista en temas ambientales, de seguridad y narcotráfico.
Ante este escenario, el llamado del arzobispo Jorge Carlos Patrón Wong ha sido el de ponerse al lado de la gente humilde en esta región de Veracruz. En este caso, los pueblos originarios y en una insistencia para profundizar y tomar conciencia’, aseveró el religioso Miguel Ángel Rizo Hernández.
‘En Actopan los apoyamos al cien por ciento los diversos movimientos que trabajan por la vida, por salvaguardar la flora, la fauna, el agua’, expuso Rizo Hernández.
Cuestionado respecto a qué puede hacer la resistencia ambientalista en Veracruz, en una lucha desigual entre David y Goliat con las mineras de Canadá, el sacerdote Miguel Ángel Rizo Hernández expuso: ‘Precisamente de David una grande y firme fe en dios. En que dios es el que mueve la conciencia para luchar en favor de la vida. Y tomar la resortera con la piedra pequeña es una convicción. Es la fortaleza de no tener miedo y de apoyar a todos los movimientos que trabajan por la vida. No desanimarnos. Llenarnos de esperanza. Es la actitud de David de decir con fe y esperanza y con la pequeña piedra: con estos poquitos que somos, no importa que seamos ahora sesenta o cien… Insistir en que es posible que las grandes empresas tomen conciencia. Si no nos hacen caso, nosotros por lo menos hicimos lo que teníamos que hacer’.
Los riesgos para la resistencia en la región de Actopan y Alto Lucero no desalientan al sacerdote. ‘Un día me voy a morir y quiero que quienes continúen en este planeta, lo vivan con la mayor limpieza. Y por eso no quiero llevarme un pecado de decir: me quedé con los brazos cruzados; veía cómo destruían a la Madre Tierra, veía cómo destruían a la Hermana Agua, cómo contaminaban. Y yo por miedo, por temor, no hice nada en esos momentos (…) ¿Qué me mueve? Honestamente me mueve que no quiero morir con un cargo de conciencia de que desde mi ministerio, pudiendo invitar a mi feligresía a hacer conciencia, me quedara callado. Eso me mueve’.
El sacerdote expuso que hay una guerra oculta, que libra el ser humano contra la tierra, que es tan grave como si fuera una explosión atómica. ‘Y nadie voltea. ¿Por qué razón? Los intereses capitalistas, los intereses de grandes empresas. Ahora nosotros tenemos un problema de las minas. Hay intereses tan grandes, un interés económico muy fuerte, pero la postura del arzobispo Jorge Carlos Patrón Wong es definitivamente estar al lado de la gente humilde, sencilla, que quiere salvar el agua y la tierra; con todo lo que produce la tierra. Porque la tierra también nos rige. Por eso tenemos problemas como el clima’.