Papantla | 2022-07-12
Un intenso olor a petróleo llena los pulmones cada vez que el viento sopla. Desde la copa de los cerros se observa una imponente mancha negra cubriendo decenas de árboles, cultivos y terrenos. Una devastación impresionante.
Así, con estas palabras, describen los habitantes de la comunidad Adolfo Ruiz Cortines de Papantla una fuga de petróleo ocurrida el 2 de julio en el pozo número 223, ubicado en el campo Santa Águeda.
A lo lejos, dentro de la zona renegrida, se escuchan maquinarias encendidas y se aprecia una torre de perforación fijada con tiras de acero en sus extremos. A un costado, entre los árboles, se observa una enorme grúa de color amarillo rodeado de unas pipas de la compañía Titsa, que entran y salen del pozo para descargar miles de litros de crudo.