Veracruz | 2022-05-15 | Mildred Lara
Siendo apenas una niña, Carolina Herrera Olivo sentía una enorme admiración por quienes le impartían clases, desde que su pasatiempo favorito era jugar a ser maestra, supo que su vocación sería dirigida hacia la docencia, sin embargo, no imaginaba los retos que tendría que pasar para cumplir su sueño.
“Pensaba como niña y actualmente como profesionista, que el trabajo de los maestros es maravilloso y perfecto.
“Me empecé a preparar para ser docente y terminando la carrera busqué impartir clases. Tuve la oportunidad de iniciar con primero y segundo grado de primaria. Ese fue mi primer obstáculo porque en un mismo salón tenía a los dos grados en sistema híbrido, era como atender a cuatro grupos, fue muy complicado y más porque era mi primera vez como maestra.”
Aunque su entrada a la docencia fue difícil, eso le dio fuerza para continuar pues se convenció de que quería trabajar con niños y enfocarse en el nivel básico.
Frescura e inocencia es lo que Carolina ve en sus pequeños alumnos, quienes además le han devuelto el poder de ver el mundo con ojos de turista y a sentir emoción hasta del detalle más insignificante.
“El niño vive en el presente, no se preocupa por el futuro ni el pasado y ese es uno de los aprendizajes más importantes que me han brindado.”
Actualmente imparte clases a un cuarto grado de primaria, y las aventuras continúan, hecho que la lleva a querer seguir avanzando en su profesión.
“Mi experiencia como maestra ha sido muy enriquecedora y bonita. Ha habido obstáculos en el camino, pero yo creo que ese amor y pasión por mi profesión ha hecho que quiera seguir adelante y que pase los obstáculos cueste lo que cueste.”
Carolina o “Miss Caro”, como la llaman sus pequeños alumnos compartió para quienes estén estudiando la carrera o quieran iniciarla, que deben de estar conscientes de que el estudio no termina con su carrera universitaria, pues aseguró que su profesión demanda mucho más.
“Los niños de hoy están muy familiarizados con la tecnología, para ser maestra me he tenido que actualizar bastante, nunca dejamos de estudiar yo pensaba que después de la carrera ahí acababa todo y no.
“Me encanta preparar mis clases, llegar al salón siempre muy bien administrada con los temas porque lo más valioso para un maestro no es que comparta sus conocimientos de forma técnica sino en un lenguaje y de una manera en que los niños o alumnos lo comprendan.”
Las constantes actualizaciones no son lo más difícil de ejercer pues afirmó que lo realmente complicado es lograr captar la atención del niño, por lo que dijo que la energía y alegría nunca deben faltar en un maestro.
Los mensajes de aliento no pueden faltar pues es una manera de regresarle un poco de la alegría que los niños le inyectan a cada uno de sus docentes.
“Siempre le digo a mis niños que no se desanimen si un compañero terminó antes que ellos alguna actividad, si sienten que van atrasados en cuanto a los contenidos o conocimientos, porque todos son valiosos y sobre todo son niños diferentes”, concluyó la joven docente.