Benjamín se aferra a la vida en una trágica lucha contra el Síndrome de Townes-Brocks

Veracruz | 2022-03-24 | Mildred Lara

Se le salieron los intestinos y sobrevivió. No lo quiere cuidar su abuelita por miedo a lastimarlo. Piden ayuda para comprar pañales y bolsas de colostomía.

A sus nueve meses, Edson Benjamín González Cruz ha pasado por cuatro cirugías y un diagnóstico de perforación en la vejiga, así como malformación en la posición de los riñones.

Benjamín fue diagnosticado con el Síndrome de Townes-Brocks. Se trata de uno de los primeros casos que se dan a conocer durante los últimos años en Veracruz.

Esta condición de salud se caracteriza por la ausencia de cartílago ótico, malformaciones en manos y ano imperforado.

Su madre Zenaida Citlali Cruz López narró cómo desde el parto se han enfrentado a complicaciones en la salud del niño, pese a que durante la etapa de gestación todo parecía estar bien, o al menos eso le decían los doctores.

Benjamín no tiene el cartílago de la oreja izquierda, todos sus deditos son iguales (tienen el mismo tamaño), tiene un riñón abajo del otro y nació sin ano imperforado.”

Zenaida llegó a la clínica con contracciones avanzadas y solicitando ayuda, pues sentía que la cabeza del bebé se expulsaba de su cuerpo.

“Siempre me dijeron que estaba bien, él nació en la clínica de Díaz Mirón a la cual llegué en labor de parto y aun así tardaron en atendernos. En la última contracción ya no aguanté y mi bebé cayó al piso, desafortunadamente mi esposo tuvo que alzar la voz y solo así fue como lo levantaron y se dieron cuenta de que venía mal”, contó la mamá de Benjamín.

Desde una casa de interés social ubicada en el fraccionamiento Geo Villas del Sol Tejería, a más una hora de distancia del hospital más cercano, Zenaida lamenta la deficiente atención que ha recibido el bebé desde su nacimiento.

Si estuviera en sus manos y "fuera muy rica" cambiaría a su hijo de hospital y lo llevaría a otro país para que lo atendieran los mejores doctores, pero su condición de pobreza la confronta con una realidad distinta.

Zenaida recuerda la preocupación que sintió cuando los médicos le dieron la noticia, pues, sin explicarles sobre la salud exacta del menor, les pidieron firmar un papel para operar al recién nacido.

Después de la primera cirugía, Benjamín se quedó hospitalizado y ella regresó a casa para cuidar de su otro hijo de cinco años.

Un domingo a las 2:00 de la mañana le llamaron del hospital para informarle que tenían que intervenir de nuevo a Benjamín porque se le habían salido los intestinos.

Trasladarse de Geo Villas del Sol hasta Díaz Mirón significó ir a tocar la puerta de los vecinos para que los ayudaran a trasladarse, pues tenía que llegar en menos de una hora y a la colonia entran pocos taxis y hay pocos camiones en circulación.

Cuando por fin uno de sus vecinos accedió a trasladarlos, llegaron al hospital y el médico les dijo que tenían dos opciones: intubarlo o dormirlo.

“La señorita me dijo que había pocas opciones: intubarlo o dormirlo. Con mucha fe lo puse en la voluntad de Dios; y después de estar intubado 15 días le dio neumonía y sangraba de su pulmón, pero poco a poco tuvo mejoras y le echó muchas ganas”, dice con la satisfacción de que Benjamín superó los primeros pronósticos.

La experiencia con el servicio de salud de la clínica ubicada en Díaz Mirón ha sido muy desafortunada para ellos; y para evitar malos tratos ya no asiste por bolsas de colostomía.

Benjamín utiliza una bolsa de colostomía diaria y esta tiene un costo entre los 70 y los 100 pesos, que por sí solas representan una parte considerable del ingreso familiar, por lo que solicitan apoyo para la compra de pañales y bolsas de colostomía.

Para que Benjamín reciba el tratamiento adecuado, Zenaida ha recurrido a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

“A las autoridades les pido que por favor me ayuden para que mi hijo sea llevado a otro lugar porque ya con el Seguro de Veracruz hemos tenido muchos problemas y negligencias médicas” enfatizó Zenaida Citlali.

Consciente del cambio drástico que tuvo su vida tras el nacimiento de Benjamín afirmó que lucha día a día por el bienestar de su hijo.

Zenaida tiene miedo de que los intestinos del bebé se vuelvan a salir de su cuerpo. Sin un medio de transporte no sabe lo que haría para poder llegar al hospital.

Respecto a la información que le han dado los médicos respecto al  en cuanto al Síndrome de Townes Brocks y al golpe que sufrió al nacer, Zenaida lamentó que no queda más que esperar.

La familia del menor espera una valoración en la que los médicos determinarán si el pequeño es apto para ser operado de nuevo.

A diario, mientras lo cuida, Zenaida observa los movimientos y los sonidos de Benjamín y, aunque no quiera, lo compara con su otro hijo.

“He notado que tiene como reacciones de un niño especial”, comenta mientras asegura que luchará hasta el último día de su vida para darle una mejor calidad de salud a Benjamín.

Con una bolsa conectada a su pancita, junto a una cicatriz vertical, el bebé se muestra como un niño alegre al que le gustan las fotos.

La colostomía provoca que a Benjamín no lo quieran cuidar ni sus familiares, les provoca temor de lastimarlo, reconoce su mamá.

“No lo quiere cuidar ni su abuela”, lamenta, reconociendo que el proceso del niño es lento, pero avanza.

A los nueve meses ya puede sostener su biberón y se arrulla. Zenaida lo enseña a decir mamá y papá, y trata de que aún con la condición que tiene en las manos, Benjamín pueda decir "adiós".

Contacto para ayudar a Benjamín: 229 172 1673