En el confinamiento deportivo hay calma pero oliendo a presagios

Coatzacoalcos, Ver. | 2021-02-23 | Miguel E. Jiménez M.

Estamos más cerca de cumplir un año de inactividad deportiva legal, oficial y permitida por las autoridades de salud y secundadas por las autoridades municipales, y lejos de poder llegar al ansiado ¡Semáforo Verde! sostenido, como consecuencia de la pandemia que sigue mostrando una incertidumbre en la humanidad.

Y debemos ser directos y contundentes en las apreciaciones pero de manera certera en los hechos, porque mientras la mayoría de deportistas han hecho caso de las restricciones que se implementaron desde que apareció en esta terrible enfermedad, otros en realidad se han pasado por alto éstas y por ese tipo de actitudes en muchas personas, se han complicado las cosas en el contagio del nuevo coronavirus, el Covid-19 que ha matado a millones de personas en el mundo, como en siglos pasados.

TERQUEDAD SIN FRENO

Pero es triste que los verdaderos deportistas están esperando que termine, desesperados e inquietos por regresar a practicar su deporte de preferencia, los “malvados irresponsables”, jóvenes y adultos, siguen con sus fechorías, exhibiéndose como tales, porque consideran que el deporte nunca debió suspenderse, como si ellos, los “insurrectos del deporte” fueran sabidos de la medicina y de los contagios de esas enfermedades que circulan en cualquiera conglomerado.

Y vaya que los futbolistas escondidos en sus terrenos perversos, ahí donde se escudan en el anonimato geográfico, porque optan por irse a “cascarear” el basquetbol, futbol o beisbol, a lugares lejanos, son descubiertos y finalmente se les puede catalogar como auténticos vividores del deporte.

No hay manera de como frenarlos, de cómo inyectarles masa encefálica y eliminarles el estiércol que llevan dentro, porque basquetboleros siguen mostrando la basura que son haciendo deporte de conjunto cuando está prohibido por los riesgos que ello implica.

Se hace notorio que en el nuevo domo de usos múltiples del lugar conocido como La Noria, en la colonias “Rafel Hernández Ochoa”, que no termina de construir el Ayuntamiento de Coatzacoalcos; tercos, pseudo jugadores, dizque entrenadores y dizque árbitros, les vale una reverenda “madrina” hacer lo que se les pegue las ganas. ¿Pero quién los protege?...

Sin embargo, la calma que se presenta porque la mayoría hace caso, es como un presagio a que pronto se podrá ver la luz al final del túnel y ahí será el momento de aplaudir a los que sí han cumplido, y claro está ¡el repudio total! a los que simplemente han quedado mal a la sociedad y al deporte mismo.