Veracruz | 2021-03-24 | Maricarmen García Elías
La realidad que enfrentan los animales en situación de calle en cualquier ciudad es bastante complicada, están expuestos a contraer enfermedades por diversas causas, por ejemplo debido a las inclemencias del tiempo, a la desnutrición, a las enfermedades que les provocan las garrapatas pero sobre todo son vulnerables al maltrato por parte de las personas intolerantes a verlos afuera de sus negocios, afuera de sus casas, donde recurrentemente son corridos a patadas, con agua hirviendo, algunos otros son envenenados o atropellados pues la cultura vial es ineficiente para los humanos incluso.
Pero en medio de esa realidad también está una sociedad cada vez más humanitaria, por un lado están los activistas por los derechos de los animales y rescatistas que dan cuenta día a día del trabajo que hacen por los animales de la calle, una labor titánica que ha salvado la vida de miles de animales pero también admirable porque le dan de comer a tantos animalitos y además deben cubrir otros gastos mensuales de sus refugios como lo es el pago de servicios básicos y de personal que apoya en las tareas en aquellos refugios donde los hay.
Es una labor humanitaria y altruista que ha asumido la sociedad ante la falta de políticas públicas reales en este rubro por parte de los tres niveles de gobierno, hace más de veinte año cuando la sociedad no evolucionaba en el respeto a los animales se contemplaba el sacrificio de animales abandonados tal y como lo propuso en 2019 de manera velada, absurda y retrograda en una iniciativa en la legislatura local una diputada panista y compañía.
Pensamientos como esos de personas con mentalidad muy corta y atrasada fueron transformados poco a poco en los últimos veinte años desde esa sociedad humanitaria que hoy es visible; se organizaron en 2003 los primeros eventos para recaudar fondos para los albergues de animales abandonados, se crearon más albergues por parte de ciudadanos y se inició un trabajo legislativo de la mano de activistas, académicos y expertos que a partir de 2014 comenzó a dar frutos y dio nacimiento a las leyes con las que hoy cuenta Veracruz.
En estas leyes de protección animal se pondera la vida de los animales, la erradicación de la violencia a los sectores más vulnerables no solo los animales y evitar zoonosis, se plantean esquemas donde gobierno estatal y municipal colaboren en campañas masivas de esterilización, se prohíben las redadas y sacrificios de animales en situación de calle, se castiga el maltrato animal en el Código Penal, se propuso pasar de los zoológicos a los santuarios, reglamentos municipales, entre otras cosas, todo bajo esquemas viables apegados a la realidad del estado.
Las leyes de protección animal en Veracruz obedecen a estudios amplios, a un derecho comparado de países que iniciaron mucho antes este camino y que hoy tienen grandes avances con leyes similares y primordialmente a la necesidad de vivir en una sociedad armónica cada vez más empática con todos los seres vivos.
La correcta aplicación de la ley desde los municipios dará paso a fortalecer de manera conjunta el trabajo que hacen diariamente los activistas en pro de los animales en beneficio de toda la población.
Los activistas no reciben paga alguna, por el contrario corresponde a las autoridades poner su granito de arena aplicando la ley cabalmente y sumándose a esta sociedad humanitaria. Las redes sociales diariamente dan cuenta de los rescates que se hacen en todo el estado, las cirugías de esterilización, las adopciones que se promueven, etc. Amigos de los Animales, Ada Azul, OPRA por mencionar solo algunos de tantos otros ciudadanos ejemplares, pasan por mucho para ayudar a los animales que tienen bajo su resguardo , recientemente se dio a conocer también la gran humanidad de los comerciantes de la central de abastos en Xalapa donde se estima hay cerca de cien perros sin dueño que llegan ahí y son alimentados por estas nobles personas que además en medio de vicisitudes han visto la forma de que logren ser esterilizados, pues la esterilización es la única forma de evitar sobrepoblaciones, en todos estos casos vemos el esfuerzo de una sociedad humanitaria.
Apoyemos en la medida de nuestras posibilidades el trabajo de los refugios cercanos a nuestra comunidad, a los perros de la central de abastos y todas aquellas causas que nos llevan a ser una sociedad humanitaria.