Sin economía sana, no hay progreso

Veracruz | 2022-10-08


Cuando la política económica de un país se maneja con un criterio basado en ocurrencias y las decisiones importantes se toman tratando de conseguir simpatías temporales, para que en el corto plazo se traduzcan en votos, el resultado al final será desastroso.

Lo mismo sucede cuando al frente de áreas tan importantes como Economía se colocan a personas improvisadas con nulo conocimiento del tema, o a quienes teniendo la capacidad de proponer decisiones acertadas, ni siquiera son tomadas en cuenta.

Los expertos lo advirtieron a tiempo. La economía nacional se está manejando muy mal. El regalar dinero para supuestamente acabar con la pobreza ha dado pésimos resultados y también incrementado el número de pobres.

Esta medida ha provocado la flojera de muchos que dejaron de trabajar para vivir del dinero regalado que reciben. Así ninguna nación prospera.

Por otra parte, el incumplimiento de los contratos firmados por el gobierno mexicano con empresas extranjeras en materia de energía nos ha llevado a frenar el desarrollo del país, al no disponer algunas zonas de electricidad suficiente para la instalación de nuevas industrias y a desgastarnos litigando en tribunales internacionales distintos juicios que han terminado perdiéndose, obligando a México a pagar millones de dólares como compensación a las empresas afectadas.

Eso no es todo. El incumplimiento por parte del gobierno mexicano de los acuerdos firmados en el T-MEC, nos está llevando a conflictos innecesarios con nuestros socios comerciales, que de no solucionarse con agilidad pueden ocasionar sanciones a México y la imposición de aranceles a los productos que exportamos, lo cual acabaría por dañar nuestra economía.

Ahí no termina el problema. La inflación se está saliendo de control y a pesar de esto, ya se escuchan rumores de que viene otro elevado incremento salarial para enero y también se contempla modificar la Ley Federal del Trabajo para duplicar el número de días de vacaciones al año. Todo esto incrementará los costos y disparará los precios.

Así subirá la popularidad de los gobernantes, pero como siempre, también subirán los precios mucho más que los salarios. La gente recibirá más dinero, pero le alcanzará cada vez menos para comprar lo indispensable; porque ganar más produciendo menos, nos llevará a una superinflación y a una inminente devaluación. Quedaremos peor que como estábamos.

Es ahí donde yo pregunto: ¿Si esto ya lo vivimos en el pasado, por qué la obsesión de repetir los mismos errores que dispararon la inflación en los años 70s y 80s del siglo anterior, lo que provocó el cierre masivo de empresas y el despido de cientos de miles de trabajadores?

Esas son las consecuencias de votar por quienes no tienen la menor idea de cómo se maneja la economía y siempre han vivido del erario. Nunca han generado un solo empleo productivo.

Para subir los salarios sin que éstos causen inflación, hay que aumentar la productividad primero y eso se logra con estudio, capacitación y desde luego motivación.

De lo contrario subirá el salario, pero menos rendirá.

Todos aspiramos a tener un sueldo decoroso y un mejor nivel de vida. Pero para alcanzar esa meta, primero hay que ser más productivos.

En el campo primero se siembra, se riega, se abona, se poda, se combaten las plagas y hasta el final, si todo sale bien, se tiene una cosecha abundante. Igual sucede en la vida diaria. No podemos cosechar nada, si antes no sembramos y cuidamos lo que pretendemos alcanzar.

Aprendamos del campo para no seguir haciendo las cosas al revés. Inversión, generación de empleos, productividad, estado de derecho y trato justo entre colaboradores y empresarios, son los ingredientes que se requieren para salir juntos del atolladero en que estamos inmersos.

¿No les parece a Ustedes?

Muchas gracias y buen fin de semana.