Xalapa Ver | 2022-03-17 | Paulina Ríos
Se comenta en Veracruz, que la administración del gobernador Cuitláhuac García Jiménez podrá pasar a la historia como aquella que logró bajar los índices de seguridad que, a lo largo de 20 años que corresponden a tres sexenios priístas –y un bienio panista –Yunes Linares- se fueron incrementando exponencialmente, en gran medida por la complicidad tácita o abierta con grupos delictivos que durante estas dos décadas le robaron la tranquilidad a los veracruzanos y así especialistas aseguran que ésta percepción se sostiene en cifras reales aportadas por la Federación y corroboradas por organismos no gubernamentales.
Quizás dentro de esos capítulos de terror de la historia de Veracruz, se puede hablar del gobierno encabezado por Javier Duarte, donde la inseguridad se desbordo y continuo en bienio panista. A todo ello, aseguran en aquella entidad, se suman cuestiones lamentables, como el mal desempeño de otras instituciones que opacan dichos logros. Los expertos no solo a nivel local, sino nacional, aseguran que esa imagen positiva, es ensombrecida por una serie de errores en el ámbito de la procuración de justicia y cuya sombra ha impactado negativamente en temas de índole política y su efecto, en el mediano plazo, tendrá repercusiones de cara al 2024.
Es un hecho que los diferendos políticos que han llevado el nombre del gobernador García Jiménez a las páginas y columnas de diarios nacionales, siempre en tono negativo, han sido producto del mal trabajo realizado por la Fiscalía General del Estado a partir de una serie de incidentes que le abrieron la puerta a actores que aprovecharon la oportunidad para golpear, no al gobernador de Veracruz, sino a todo un proyecto nacional, al grado que el propio Secretario de Gobernación del Gobierno Federal, ha tenido que intervenir para atemperar los ánimos.
Todo empezó con el caso de los seis jóvenes cuya detención en Xalapa obedeció –según se lee en algunos espacios- a una consigna personal que hizo propia la Fiscal Verónica Hernández Giadáns, orillando a la entrada en escena de Ricardo Monreal, político de 24 horas que cuenta con todas las redes y recursos necesarios para escalar mediáticamente un caso como éste.
Derivado de este incidente, la fiscalía procedió contra José Manuel “N”, funcionario cercano al senador, sin contar con los suficientes elementos probatorios que pudieran darle solidez jurídica al caso y que hoy pone en evidencia a la fiscal. La titular del órgano judicial pensó que podría obrar como se estilaba durante los gobiernos priístas y panistas, “tú pega y ya después averiguas”, con tan mal tino que hoy tiene metido al gobernador en un galimatías del que se ve difícil salga sin algunos raspones y así muchos temas más.
Así los especialistas aseguran, que allá en tierras veracruzanas, la Fiscal envuelta en una turbulencia, comienza a dar palos de ciego y busca escapatorias de efecto mediático para tratar de desviar la atención hacia otros ámbitos de la seguridad estatal, pues en una total inestabilidad, para donde se mueve causa estragos, debido a su falta de experiencia en procuración de justicia y en materia penal.
Ojalá que en esa instancia la cabeza deje de atender a consignas personales y de grupos y comience a pensar que la trascendencia de este gobierno y el proyecto de transformación del país, va más allá de los individuos y que lo que importa son las instituciones.