Aversiones absurdas

Coatzacoalcos | 2019-10-15 | Heder López Cabrera

Vivimos en una zona donde ritmos como el son jarocho y actividades como los fandangos, son lo mismo lejanas como cercanas, pero a pesar de ser nativos o no del sur de Veracruz, son características que definen la cultura de esta región, en la que artistas como Natalia Lafourcade promueven conciertos a beneficio del Centro de Documentación del Son Jarocho, a fin de rescatar no sólo la infraestructura de este lugar ubicado en Jáltipan, sino una tradición que es patrimonio intangible de la entidad y del país.


A pesar de encontrarnos en ese contexto, muchos estamos ajenos, y me incluyo, porque a pesar de mi gusto por los boleros, el mariachi y otros géneros musicales mexicanos, los sones jarochos son para mí todavía un mundo por explorar y del que como veracruzano debería formar parte de mi sentido común y cultura básica.


La semana pasada el Ayuntamiento de Coatzacoalcos presentó el festival ‘Desde mis Orígenes’, con el que se pretende ya no rescatar, sino incentivar el gusto por este tipo de espectáculos culturales y fomentar el esparcimiento familiar tanto local y regional, en una ciudad lacerada por los delitos de alto impacto.


Y si digo delitos de alto impacto es porque tampoco podemos tapar el sol con un dedo, las estadísticas no mienten a lo largo del año, así como los hechos ocurridos como el atentado al bar ‘Caballo Blanco’, sin embargo, lo más loable es la apuesta que el gobierno que encabeza Víctor Manuel Carranza Rosaldo hace por el rescate del tejido social.


Pero, ¿qué tiene que ver el rescate del tejido social con un festival?, tiene que ver y mucho. A partir del nombre, ‘Desde mis Orígenes’ busca fomentar la unión familiar y la tranquilidad a través de la difusión de la música tradicional veracruzana, de espectáculos de danza, además de presentaciones de cantantes de ópera y agrupaciones que fusionan ritmos modernos con el son.


Quizá para usted suene muy utópico lo que mencioné en el párrafo anterior y para muchos en redes sociales el ver bailando al alcalde representó un insulto ante la situación que priva en la ciudad, pero no hay que olvidar que más allá de las obligaciones que Carranza Rosaldo tiene con la población, el participar en un festival es predicar con el ejemplo, es una auténtica muestra de valentía en un municipio en el que salir a altas horas de la noche podría costarnos desde nuestras pertenencias, hasta la vida propia.


SI TE OPONES, ¿QUÉ PROPONES?


Debemos entender que sí queremos un cambio, nosotros como ciudadanos tenemos la responsabilidad de comenzarlo con acciones pequeñas: no tirar basura, pagar nuestros impuestos, reportar desperfectos y un sinfín de acciones; ya quedará en las autoridades si no cumplen, para eso tenemos el derecho de exigir cuentas claras, pero esa exigencia tiene que ir acompañada de la participación, de lo contrario, sólo somos unos ridículos activistas de redes sociales.


El compartir videos a diestra y siniestra, en redes sociales, ridiculizando al alcalde o denostando sus actividades no es algo que le afecte, pues al final los servidores públicos continúan cobrando del erario que pagamos con los impuestos; si vamos a oponernos debemos proponer, exhibiendo no logramos nada, bueno sí: alejar inversiones e incentivar el desempleo e inseguridad.


MEDIOS DE COMUNICACIÓN TENEMOS PARTE DE CULPA


Es ahí donde los medios de comunicación tenemos tanto una gran responsabilidad, pero también caemos en una doble moral; es un hecho que hay noticias de inseguridad que no se pueden esconder, pero es nuestra obligación hacer algo y diversificar la información que publicamos por encima de la nota roja que siempre existirá.


Recordemos que los periodistas y activistas de redes sociales no somos millonarios para darnos el lujo de huir de Coatzacoalcos y dejar que la ciudad se muera, ése es el mensaje que los medios no hemos entendido, que somos igual o peor que los narcotraficantes o secuestradores, porque contribuimos a dar una mala imagen del municipio en que vivimos y en el que a pesar de todo hemos demostrado que la vida continúa a pesar de una ejecución, a pesar de un secuestro o de un asalto.


El día en que comprendamos eso, los periodistas podremos ser una verdadera fuerza crítica responsable.


En el cierre del festival, la irreverente ‘Flor Amargo’ sin conocer Coatzacoalcos agradeció que se promuevan eventos que rescaten la cultura; podrán tildarla de exagerada o dramática, pero esta artista tiene una conciencia más elevada que el resto de la población que la criticó en redes; ése es el ejemplo de irreverencia que debemos tener en cuenta, no el de una arrogancia que sólo contribuye a hundir más a Coatzacoalcos.


Por mi parte, el Ayuntamiento de Coatzacoalcos tiene mis palmas por hacerme moverme de casa ante mi temor de ser asaltado.


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