Veracruz | 2022-06-16
Hace exactamente tres años, cuando Alejandro Moreno decidió separarse de la gubernatura para contender por la dirigencia nacional del PRI, toda la nomenclatura del partido tricolor sabía del enriquecimiento inexplicable del mandatario campechano que lo hacía vulnerable ante el discurso anticorrupción del nuevo régimen morenista del presidente López Obrador.
En su campaña, el diario Reforma exhibió, por ejemplo, que “Alito” era propietario de una residencia de más de 46 millones de pesos que construyó en dos años en los que declaró ingresos anuales por 5 millones de pesos mientras fue gobernador, de septiembre de 2015 a junio de 2019.
No debieron dejarlo pasar entonces, pues ahora Moreno Cárdenas les ha dicho que no piensa renunciar porque a él no lo nombró ningún Presidente de la República –como a los 10 exdirigentes que se reunieron con él este martes para plantearle su salida ante los desastrosos resultados electorales de su gestión–, sino la militancia tricolor que le aportó casi dos millones de votos.
El miércoles antepasado, a través de Twitter, ya les había enviado sendos mensajes para decirles entrelíneas a sus detractores que no piensa entregar el cargo partidista antes del 19 de agosto del año próximo, cuando estatutariamente se vence su periodo. Y es que la semana anterior “Alito” difundió por separado dos fotografías, una con Rodrigo Fuentes Ávila, presidente del CDE de Coahuila, y otra con Eric Sevilla Montes de Oca, dirigente del PRI en el Estado de México, en cuyas entidades se elegirán gobernadores en 2023, un año antes de la próxima sucesión presidencial.
Ayer, los 32 dirigentes estatales del partido tricolor en el país, así como los líderes de la CTM, CNC y CNOP y de organizaciones y organismos especializados como la Red de Jóvenes por México, la Fundación Colosio, el Movimiento Territorial, la ONMPRI, Unidad Revolucionaria, Movimiento PRI.MX y el Instituto Jesús Reyes Heroles publicaron un desplegado en los principales medios impresos de la Ciudad de México para “cerrar filas” con Alejandro Moreno y la dirigencia nacional que encabeza el campechano así como con la Coalición “Va por México”, que integra el tricolor con PAN y PRD.
Insistieron que los adversarios del Revolucionario Institucional “están afuera del PRI, y no permitiremos que se inmiscuyan en nuestra vida interna y, mucho menos, que se apoderen de nuestro partido, alentando la división y el miedo”.
La reacción de la estructura partidaria es lógica, pues la suerte de la mayoría dependerá de la de su dirigente nacional.
En el caso de Veracruz, por ejemplo, hasta al peroteño Joel Arcos Roldán, secretario de Alianzas y Desarrollo Político del CDE, anda “zopiloteando” al presidente Marlon Ramírez Marín.
En contraste, hay casos como el del hiperactivo alcalde de Altotonga, Ignacio Morales Guevara, que por su afinidad política con el diputado federal Pepe Yunes Zorrilla lo han comenzado a encartar para la dirigencia priista, menciones que el munícipe ha tomado con respeto y prudencia porque ni Marlon ha renunciado y él asumió apenas en enero pasado con la ciudadanía el compromiso de “un nuevo comienzo” para su municipio.