Acoso escolar. ¿Y la SEV?

Veracruz | 2020-03-10 | Silverio Quevedo

El secretario de Educación, Zenyazen Escobar García dio una cifra con pompos y platillos. Cinco maestros han ido a la cárcel por acoso sexual o algo más que ese delito, y otros 19 han sido cesados del sistema educativo.


Según el funcionario esto ha ocurrido en lo que va de la administración estatal a la que pertenece, y son sanciones emitidas por casos durante el año 2019, y en lo que va del 2020.


Y si bien es plausible que así sea, pues no se había visto en otros encargos o periodos dentro de esa secretaría, que se aplicaran el reglamento al respecto, lo cierto es que no todo debe quedar ahí, y mucho menos debe servir al titular para lavarse las manos o dar por hecho que está cumpliendo.


El responsable del área educativa en el gobierno debe ir más a fondo y revisar o evaluar, por qué deben esperar a que se detonen los casos para proceder o informar de lo que ocurre, peligrosa y bochornosamente, al interior del sistema de la docencia en Veracruz, cuando su obligación principal es la de no permitir que los maestros o el personal que depende de ellos atente contra la integridad de los estudiantes, principalmente alumnas.


Fue primero la cascada de quejas en el Cecytev del municipio de Medellín, conurbado con Veracruz y tras las múltiples protestas que se empezó a atender la denuncia. El ruido que tuvieron que hacer las estudiantes junto con sus padres a través de protesta obligó a que tomaran cartas en el asunto.


Incluso ventilaron durante días los mensajes vía whatssap que los maestros envían a las alumnas, tanto de acoso, con propuestas, y chantajes. Fue cuando la autoridad decidió intervenir, en tanto otros escándalos se suscitaron en el colegio particular, Lizardi y en el prestigioso plantel de educación pública, Bachilleres de Veracruz.


En el último caso de este plantel ubicado en el puerto de Veracruz no es el primer caso de denuncias por parte de las alumnas, se han estado registrando por años, pero no se ha procedido contra los presuntos responsables.


En medio de las denuncias por ejemplo, han saltado en las redes sociales, expresiones como que “esto no es nuevo”. Durante la protesta de la semana anterior cuando los estudiantes del turno matutino se sumaron a la inconformidad de las alumnas de la escuela vespertina que hicieron sus quejas en los baños de la institución, primero, y en el periódico mural, después, un cartel llamó la atención:


“Desde la entrada me siento acosada” y es que hacen alusión, que luego se convirtió en comentario generalizado, a alguno de los elementos de prefectura que se encuentran precisamente en los accesos.


Las reacciones en el facebook, dicen entre otras cosas:


“Más personas deberían hacer eso, ese wey ya es hora que lo hubieran corrido”.


“Los sindicatos son los que le colocan un manto de invisibilidad para esas personas que obran mal”.


“El vaquero, que …. hace todavía trabajando ahí. Que no sea saludar a las chicas de beso y mirarles las piernas”.


También se han dado quejas sobre un maestro de la materia de Geografía que en su momento ha sido denunciado.


Otro caso existe de al menos dos generaciones anteriores donde las jóvenes se sentían incómodas por el actuar de algunos mentores. Incluso, un caso fue externado formalmente por los padres de familia.


El tema es que muchas veces, y con el amparo del sindicato al que pertenezcan estos acosadores, son mantenidos y protegidos, además de la falta de firmeza de las autoridades, que se tornan complacientes.


En este hecho ocurrido hace unos 3 años, se supo que el elemento señalado fue sancionado un año, con un cambio de adscripción pero ha regresado. Lo mismo con el llamado prefecto, cuya tarea es “cuidar” el ingreso y salida de los alumnos en esa escuela.


Por ello, si el actuar de las autoridades educativas ha sido diferente al de otros gobiernos, debe serlo más aún, con una investigación a fondo y con una preocupación permanente de lo que acontece en todas las escuelas de las diferentes zonas escolares de Veracruz.


No quedarse a esperar que lleguen a los escritorios los oficios de las denuncias o en su caso, enterarse por los medios de comunicación o una vez que se dan las protestas, para proceder. O hacerlos basados en publicaciones de redes sociales, sino en una seria investigación para deslindar responsabilidades.


Ojalá que Zenyazen Escobar ponga manos a la obra  y sorprenda con resultados y una verdadera “limpia” de los maestros acosadores y de los corruptos jefes o supervisores que permiten la permanencia y la impunidad para este tipo de lacras educativas.