Coatzacoalcos | 2022-12-05
Son 20 los integrantes de la familia Santis, quienes van de retorno al ejido Jalisco municipio de Altamirano Chiapas, luego de haber acudido por séptima ocasión a la basílica de Guadalupe en la ciudad de México, pasando de momento al Santuario ubicado en Lázaro Cárdenas y Guerrero de esta ciudad.
Desde el mayor, don Mariano con 73 años, al pequeño Jorge de ocho, realizan caminatas de diversas distancias, en su trayecto de regreso a su estado, en un viaje que tradicionalmente lo realizan desde hace siete años.
De los 20 viajeros, son 16 adultos y cuatro menores, los que viajan en una camioneta Nissan de redilas, donde llevan gastados un estimado de 40 mil pesos en gasolina, casetas y alimentos para sus integrantes, aún cuando en determinados sitios han recibido apoyos alimenticios.
De acuerdo a lo señalado por Gerardo Gómez Santis, el viaje lo realizan para pedir la intervención divina ante la serie de problemas y enfermedades que aquejan a su comunidad, tales como la diabetes, padecimientos de la presión sanguínea e incluso algunos casos de cáncer.
Todos los integrantes de esta caravana de antorchistas, traen las huellas de la travesía en las prendas que portan, donde además de la imagen de la virgen de Guadalupe, llevan grandes cantidades manchas de tierra y lodo del camino, así como el sudor por las largas jornadas.
Aún cuando la travesía es larga y agotadora, los marchistas no han tenido problema alguno con las autoridades mientras que realizan su viaje, según así lo dieron a conocer, señalando que ninguna autoridad los ha molestado en el trayecto
Para Martín Morales, quien conduce la camioneta Nissan, lo más peligroso del viaje, es cuando pasan los tractocamiones, ya que pasan como si nada ocurriera a gran velocidad, siendo por ello que siempre deben extremar precauciones.
"El paso de los traileres es lo más peligroso, ya que ellos pasan bien rápido, no se detienen ni le bajan a la velocidad, por lo que preferimos hacer las caminatas en lugares rectos o con posiblidades de protegerse", mencionó Martín Morales.
Los lugares con mucho tráfico, es donde más se les dificulta el realizar las marchas, por lo que deben estar muy atentos al momento de ir corriendo con las antorchas encendidas en todo el trayecto que llevan hasta el momento, sin apagarla.
Al ser el único que maneja la camioneta en la que viajan, Martín Morales señaló que tiene turno de al menos 12 horas diarias, donde mientras los demás van marchando de manera alterna, el abandera con la camioneta por espacio de al menos 12 horas.
"Si es cansado el ir por lo menos 12 horas al volante, pero bien vale la pena el esfuerzo para que todos vayamos juntos y resguardados, ya que cada quien pone de su parte para cumplir con este viaje que ya es el séptimo y seguiremos adelante por otros años más", agregó Martín Morales.
Su hijo, Jorge, quien a sus ocho años de edad, ya participa en las marchas suele recorrer distancias del al menos 500 metros sin parar, hasta que otro entra al relevo de los que participan en esta tradicional marcha antorchista, siendo dos las que llevan.
La antorcha que llevan prendida, es elaborada con metal, en cuyo interior colocan una porción de estopa con una combinación de aceite con diesel para que siga prendida, misma que hasta el momento no han apagado, teniéndola incluso en el Santuario donde llegaron a descansar.
Este tipo de travesías requieren una importante inversión para el pago de la gasolina así como en las casetas de las autopistas, además de lo que tienen que llevar para comer. En todo ello llevan más de 40 mil pesos gastados, aún con los apoyos que reciben en determinados lugares.
Los antorchista generalmente paran sus travesías en casetas de cobros o bien en algunas gasolinerías, para no exponerse a un posible evento, siendo por ello que al caer la noche, buscan este tipo de lugares. En esta ocasión se refugiaron en el Santuario de Guadalupe.
A pesar de todo ello, siguen adelante en grupo, en familia, unidos con una misma fe y una misma esperanza, con la alegría de seguir adelante en esta travesía, la cual esperan poder seguir realizando como lo vienen haciendo desde hace siete años.