Coatzacoalcos | 2024-12-03
Tras ocho años de una ardua batalla contra la leucemia, el activista porteño Ricardo "Ricky" Cabrera Nolasco falleció dejando consigo un gran legado de resiliencia, entereza y de la difusión por la donación altruista de sangre.
"Mientras haya vida, hay esperanza", fue siempre su lema, con una sonrisa o con sus escritos o transmisiones en Facebook, en los que describía su lucha por no sólo por su vida, sino por dignificar las de las personas con cáncer.
"Por favor si tienes un mal día y de algo te sirve esta pequeña experiencia de ayer (del 27 de noviembre), seamos ambos agradecidos por el tiempo de vida que se nos permiten estar con vida, los accidentes ocurren día a día.
Personas sanas salen de casa y ya no regresan con sus familias", relató tras un incidente en la clínica particular de Mérida, Yucatán, donde recibía cuidados paliativos.
Fue en 2016 cuando a ´Ricky´, como se le conocía, se le detectó leucemia linfoblástica aguda, misma que superó en una primera etapa, para luego fundar el colectivo Paya Coatza Clowns, ya que tras recibir sus primeros tratamientos en Ciudad de México descubrió la ´Risoterapia´, idea que replicó en Coatzacoalcos para llevar alegría a los pacientes con cáncer, especialmente niños.
En todo ese tiempo, Ricky Cabrera siempre alzó la voz ante el desabasto de medicamentos contra el cáncer, las demoras en tratamientos como quimioterapias y radioterapias, que ocurrían en hospitales públicos del sur de Veracruz, pero cinco años después, la leucemia regresó de manera más agresiva, lo que lo llevó a mudarse a Mérida en busca de una mejor atención.
Es así como inició una campaña de recaudación de fondos para un estudio clínico en Monterrey, pero tras llegar allá, es cuando se le detectó la leucemia, lo que no lo detuvo, pues era común verlo realizar rifas y ventas de todo tipo de productos, así como ver el apoyo de diversas agrupaciones de Coatzacoalcos: Artistas, artesanos, vendedores de alimentos, deportistas y asociaciones civiles.
"Cansado Pero con la esperanza de seguir adelante, por favor disfruta de tu día de tu salud, da gracias a Dios donde quiera que te encuentres, yo desearía estar sentado en la banqueta y poder levantarme yo mismo", señaló Ricardo en sus últimas publicaciones, en las que siempre agradecía la compra de un boleto o producto.
Pese a todo, en sus transmisiones, Ricardo jamás se mostró doblegado, aún con dolor y cansancio, el activista siempre narraba con paciencia su experiencia de sobrevida, pues de dos meses que le dieron en 2016, tenía ocho años a los que llamó un regalo, para así aprovechar el tiempo con su esposa, hija y padres.
En julio de 2019 comencé las entrevistas de un reportaje sobre el cáncer, fue Ricardo a la primera persona que contacté, quien a su vez me presentó al hematólogo Rosas y me ayudó a conocer más casos e información sobre la situación de esta enfermedad.
"Salió en el Diario del Istmo hoy, te juro que pensaba escribirte, pero no quería molestarte y hoy me dice mi padre que salió en el periódico, cuando vi la foto pensé en ti y no me equivoqué, una vez más y siempre gracias por todo hermanito, gracias de todo corazón", fueron las palabras que recibí de Ricardo Cabrera el 24 de febrero de este 2024 tras publicar una nota sobre un evento de recaudación.
Desde el comienzo de la primera temporada de mi programa Teloneros y hasta esta última etapa, difundí su causa, más que su causa, su lucha por la vida junto a muchas personas que se sumaron por apoyarle a mejorar sus cuidados paliativos, porque si algo tuvo Ricardo fue la plena conciencia de que ya no habría remedio, más el de pasar sus últimos momentos con calidad a través de los cuidados paliativos.
El 3 de abril de este 2024 fue la última conversación que tuve con él, tras enviarle un video de los anuncios que hago en la sección de Cartelera y en el que me respondió que pese a sus dolencias se sentía bien.
"Muchas gracias por todo, de verdad, cuídate, te mando un fuerte abrazo, Dios te bendiga y te cuida", fueron las últimas palabras de Ricky por WhatsApp.
Desde aquí extiendo mis más sentidas condolencias a tu familia y pido al creador por tu eterno descanso, no tengo duda de que te fuiste en paz y ésa es la mayor victoria de esta vida, la mayor enseñanza que nos pudiste dejar y el legado de unión que heredaste en Coatzacoalcos. ¡Vuela Alto Ricky!