Coatzacoalcos | 2023-11-07
La falta de apoyos y la nula respuesta de las autoridades, obligó a la señora Zulema Ramos Flores a abandonar Acapulco Guerrero en compañía de sus dos hijos y sus tres nietos, tras el impacto del huracán Otis.
El temor de perder la vida, la orilló a tomar las pocas pertenencias que tenía y dejar el estado de Guerrero, para reencontrarse con sus padres en Coatzacoalcos Veracruz, con quienes perdió comunicación por más de una semana.
Tan solo en la colonia Lomas del Valle donde habitaba la señora Zulema Ramos no se había restablecido el servicio de energía eléctrica, ni muchos menos el suministro de agua potable, además de los desechos que se habían acumulado en las calles generando focos de infección.
El fenómeno meteorológico dejó completamente incomunicado varios sectores de la ciudad, por lo que el servicio de transporte público fue suspendido, impidiendo aún más la comunicación y el ingreso de los apoyos.
Por lo anterior, Zulema y su familia viajaron en puros 'raites', donde las personas que contaban con un vehículo se tocaban el corazón para poderlos acercar hasta su destino y comenzar de nuevo una nueva historia.
Y es que Otis derribó completamente su casa, obligándolos a dormir en la calle y vivir de la caridad de sus vecinos, pues en ocasiones no tenían ni que comer, ni mucho menos donde refugiarse, ya que no contaban con ningún familiar que les pudiera extender la mano.
Aunque el Servicio Meteorológico anunció el ingreso del huracán, las autoridades estatales y municipales no alertaron a la población sobre el impacto que generaría Otis, para que la población pudiera refugiarse y sacar parte de sus pertenencias.
"Nunca nos alertaron, nada más dijeron que entraría un huracán y que sería de categoría 3, pero como cada que ha llovido, siempre hay aire, nunca nos imaginamos el impacto que tendría, esto fue en un abrir y cerrar de ojos", sostuvo.
La entrevistada narró, que antes de la media noche del pasado 25 de octubre, las fuertes rachas de viento generaron un "zumbido" que arrasó con todo lo que estaba a su paso, por lo que muchas familias no pudieron ni salir de sus hogares porque sus techos se les vinieron encima.
"Cuando yo me dirigía a la recamara de mi hija, el aire ya venía, era un zumbido muy fuerte, pero ya no nos dio tiempo de salir, porque en ese momento empezó a tirar cosas, veíamos como las cosas volaban, los muebles y le dije a mi hija, que ya no pudimos salir con los niños, tuvimos que esperarnos", expresó.
Samanta Narváez Ramos hija de la señora Zulema, recordó lo difícil que fue perder lo poco que tenían y como el huracán echó abajo el patrimonio que con tanto trabajo habían edificado, tras abandonar Coatzacoalcos.
Pero el destino les hizo una mala jugada y nuevamente tienen que construir un futuro en la ciudad que un día dejaron con la ilusión de crecer y salir adelante.
Dijo que estuvieron a punto de perder la vida, luego que un árbol cayera sobre el techo de su casa y las laminas se les vinieran encima, quedando encerrados en un cuarto, donde lograron refugiarse hasta que el huracán les diera tregua.
Aunque Acapulco fue el lugar donde lograron desarrollarse y encontrar una buena estabilidad económica, por el momento no pretenden regresar, pues aseguran que pasarán muchos años para que nuevamente vuelva a levantarse y sea un atractivo turístico y comercial.
La joven de 22 años de edad, dijo que apenas si lograron tomar una mochila con un poco de sus pertenencias y unos pañales que les regalaron para emprender el viaje al estado de Veracruz.
A su corta edad, el pequeño Matías trata de asimilar el cambio radical que acaba de dar su vida, ya que hace unas semanas se encontraba jugando en compañía de sus mascotas al interior de su casa y hoy en día, apenas si tiene dos prendas para vestirse.
Actualmente la señora Zulema y su familia se encuentran refugiados en la casa de sus padres ubicada en la calle Mecayapan #115 de la colonia Lomas de Barrillas en Coatzacoalcos, donde piden el apoyo de la ciudadanía.
Luego de perder contacto con su familia que se encontraba en medio del huracán, doña Teresa Flores agradece a dios y a la vida el poder reencontrarse con hija, sus nietos y bisnietos, a los cuales recibió en su hogar con los brazos abiertos.
Actualmente requieren el apoyo de la población con víveres, alimentos no perecederos, pañales, productos enlatados y lago de ropa, para que puedan salir adelante, en tanto se recuperan para trazar un nuevo destino.