Coatzacoalcos | 2021-02-10 | Amayrani Abad
A pesar de ser una persona de la tercera edad y pertenecer al sector vulnerable de Covid-19, la señora Cornelia Altamirano Gómez , todos los días sale a trabajar para ganarse la vida, pues aunque quisiera no puede quedarse en casa ya que no hay quien vea por ella.
A sus 72 años se dedica a la venta de ciruelas y nanches curtidos a las afueras de la iglesia San José sobre la avenida Ignacio Zaragoza en Coatzacoalcos.
Desde las cinco de la tarde, cuando aún el sol es agobiante y todavía está en su máximo esplendor coloca su pequeña mesita de madera, para aprovechar la afluencia de personas que transitan por la zona y poder ofrecer sus productos, mismos que le son fiados y ella revende para generar ingresos.
" No hay ventas, no tengo dinero ni para comprar mi gas, yo me mantengo sola, tuve marido pero llegaba borracho y me pegaba, lo dejé hace muchos años, con lo que gano aquí no alcanza pero no tengo otra opción", expresó.
Con lágrimas en los ojos platicó que por la crisis económica a causa de la pandemia del Coronavirus las personas han dejado de comprarle sus productos, ganado solo cien pesos al día de los cuales debe pagar taxi para regresar a su hogar, ya que sus pies se mantienen hincados a consecuencia de una caída que tuvo en el baño de su vivienda.
Llena de tristeza dijo que no tiene comida, tampoco cuenta con gas, ya que actualmente no hay ventas por lo que no ha generado ingresos para subsistir.
" Yo sola salgo de mi casa y cargo todas mis cosas, a veces los taxistas no me cobran otros si, hay personas que pasan y me regalan una moneda, y les agradezco y pido a Dios que los bendiga y les de más, la situación es difícil y para nosotros los que vivimos al día peor", comentó.
Recordó que ha pasado hasta cinco días sin comer por falta de dinero sin embargo, gracias a las donaciones que le proporcionan las personas de buen corazón aún se mantiene en pie.
" Hoy me vine sin comer, solo me desayuné una tortilla con queso, no había para más, y hasta ahorita en la noche no he comido nada, a veces las personas pasan y me dan de comer y con eso paso los días", dijo.
Desesperada y con mucha humildad la abuelita pidió el apoyo de la ciudadanía para que se acerquen a comprar sus frutas con un costo de 20 pesos, o si esta en sus posibilidades donarle comida.
" Si desean apoyarme comprándome o con despensa se los voy agradecer con toda el alma, realmente tengo la necesidad", agregó con voz quebrada.
Esta ancianita vive sola, en su domicilio ubicado en Revolución número 625 colonia centro, como referencia portón blanco al fondo, ahí la pueden encontrar quienes deseen proporcionarle apoyo con despensa o económico.
De lunes a viernes permanece hasta las 10 de la noche afuera de la iglesia en espera de clientes que consuman sus productos.
Cada día que pasa su situación es más difícil, pues se juntan los gastos del hogar, el pago de la luz, agua y el gas por lo que si está en sus posibilidades obsequiarle una moneda será de gran apoyo para doña Cornelia.