Coatzacoalcos, Ver. | 2024-09-19
A partir de este jueves llegaron los primeros pagos a pescadores de seis estados costeros, afectados por la peor catástrofe de la industria petrolera de la historia en el Golfo de México y que se originó por la ruptura de un pozo que hizo explotar la plataforma ´Deepwater Horizon´, que en 87 días llegó a verter casi 800 millones de litros de crudo.
A pesar de que el derrame de petróleo ocurrió el 10 abril de 2010, en México se tardó 14 años para que se hiciera justicia, reconocieron pescadores.
Mientras los estados costeros de Estados Unidos y sus pobladores fueron indemnizados casi de manera inmediata y con montos justos, México quedó fuera del acuerdo económico porque así lo suscribió el entonces embajador de México en EU, Gerónimo Gutiérrez por instrucciones del priista Luis Videgaray.
Los pescadores afectados indicaron que gracias a la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador, lograron recibir 10 mil 300 millones de dólares que se destinaron al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático para la creación de un programa denominados C5 Comunidades pesqueras frente al Cambio Climático y la Contaminación.
Añadieron que este apoyo detonará la economía de los pescadores que demandaron a multinacional British Petroleum (BP) de manera individual.
"Todos los fines de semana realizan jornadas de cuidado y protección de ecosistemas costeros desde San Fernando Tamaulipas hasta Chiquila Quintana Roo, lugar donde justamente hoy llegaron los primeros pagos aunque el programa arrancó desde el pasado mes de abril", destacaron.
Un 20 de abril de 2010 explotó la plataforma petrolífera ´Deepwater Horizon´ en el Golfo de México por la rotura del pozo Macondo, perforado a 1.500 metros de profundidad, causando la muerte de 11 trabajadores de la multinacional propietaria British Petroleum.
Se estima el derrame de 4,9 millones de barriles de crudo, unos 795 millones de litros, que tardó en contenerse 87 días e inició una catástrofe ambiental más allá del tiempo.
Esta liberación incontrolada de gas y aceite a las aguas duró casi tres meses y llenó el océano de una marea pegajosa y negra de 149.000 kilómetros cuadrados. En 2013, las costas de Louisiana recibieron esa masa por el doble de toneladas que el año anterior. Lo mismo pasó en lugares más lejanos a Macondo, como Florida. Y mientras muchas especies marinas murieron en cantidades récord, los bebés delfines fallecieron incluso seis veces más de lo normal.
El daño ambiental se extendió por toda la zona costera de México, pero las autoridades de ese entonces en lugar de exigir la reparación del daño para miles de pescadores fueron cómplices y protegieron los intereses de la firma petrolera.