| 2023-03-23
"¡Hola, llamo para decirte que lo siento!" El corazón corre, no sabes si llorar o colgar. Llegó la tan ansiada llamada. ¡Quiere volver contigo! Si pasa, serás el o la mortal más feliz del mundo. ¿O no? Un momento, antes de pegar las fotos que rompiste y de acceder, es urgente que lo pienses con la cabeza y no con el corazón.
Igual que con toda relación, nueva o reciclada, no hay garantías de que funcione. Haz una evaluación razonable de tus posibilidades de éxito considerando los motivos por los que se fue.
Nunca segundas partes han sido buenas, y la tuya podría ser peor si no lo analizas fríamente.
Hazte las siguientes preguntas:
¿Hubo golpes?
¿Te humilló o abusó emocionalmente?
Si existió abuso, ni por error regreses. Si el alejamiento fue por malos entendidos, intromisión de terceros, rumores o un tanto de incompatibilidad, entonces vale la pena que consideres:
Sí, accede tus condiciones, tiene disposición para cambiar y te lo promete mirándote a los ojos y accediendo a llevar la relación con calma en lo que se recupera la confianza.
Si tiene apertura para hablar de los conflictos que llevaron al rompimiento, ofrecer soluciones y escuchar las tuyas para resolverlos, y juntos aprender de esa experiencia.
No espera que la relación sea como fue y se interesa en terapia de pareja de ser necesario.
Terminar con una relación es muy doloroso, pero peor es estar en una que no camina y no te hace feliz. Piénsalo bien y actúa en consecuencia. No te precipites. Tú necesitas alguien confiable, sicológicamente estable, que te quiera y respete. Y recuerda, a veces mucho de lo que haya sucedido nada tiene que ver contigo.
Te costará superarlo hasta que asimiles que el problema no era tuyo, sino de tu