| 2021-10-14 | Alba Leal
Cada persona tiene un nivel de tolerancia al estrés diferente, y éste varía según una gran variedad de factores.
Por ejemplo, si estás teniendo alguna situación personal o de salud, si no has descansado bien, si no te has estado alimentando apropiadamente, si no te ejercitaste, o sacaste tiempo para reposar, meditar o llevar a cabo alguna actividad que te saca de la rutina, como, por ejemplo, hacer arte, es posible que te encuentres más vulnerable y sentirás el estrés más intensamente.
Sentir estrés es parte de la vida, y es lo que nos ayuda a protegernos en situaciones de peligro y a tener el vigor para cumplir con nuestras responsabilidades. Sin embargo, se convierte en un problema cuando dejamos que se siga acumulando sin tomarnos un tiempo para ¨descomprimirnos¨.
Nuestro cuerpo nos envía señales que ya nuestro sistema nervioso se está copando, pero muchas veces las ignoramos, seguimos sin parar y ahí es que empiezan a aparecer emociones y comportamientos desagradables.
¿Qué se puede hacer?
Cuando sentimos estrés, en nuestro sistema nervioso se activa la respuesta de ¨luchar, huir o detenernos¨, así que lo recomendable es estimular la respuesta parasimpática que es la que regula o balancea el ¨sobresalto¨ brindando descanso y relajación.
¿Cómo se hace?
Trata de encontrar las técnicas que mejor te asienten y te ayuden a conseguir la claridad y tranquilidad que necesitas para enfrentar lo que sea que se te presente.
Aquí hay algunas recomendaciones:
El estrés sostenido puede llegar a incapacitar. Identifica los signos de estrés que te mande tu cuerpo y toma acción, así sea buscar ayuda con otras personas. Sentir estrés o ansiedad no es una falla de carácter, es algo que les ocurre a todos los seres humanos que se saturan con los estímulos del mundo moderno. Es algo que se puede controlar para tener una vida más plena y saludable.