La mente mindful vs. la mente distraída

| 2020-09-17 | Alejandro Quijano

Los beneficios de practicar mindfulness


La mente, al igual que el cuerpo, tiene un camino evolutivo que recorrer, pero a diferencia de nuestra fisonomía, cuya evolución y deterioro es inevitable, nuestros pensamientos pueden permanecer en el mismo estado toda la vida.


Dr. David Hawkins, uno de los autores más relevantes acerca del tema de la evolución del pensamiento humano, logró identificar las principales diferencias entre una persona que practica la consciencia plena o mindfulness, y una que vive muy involucrada en lo que acontece en el mundo externo sin prestarle atención a su interior. A estas mentes las llamó la mente del observador y la del experimentador, respectivamente.
 

Mente Experimentadora

 

Una persona que no tiene desarrollada la habilidad de prestar atención a sus pensamientos, tiene en promedio unos 60,000 al día. La mayoría de estos pensamientos son subconscientes y detonan sensaciones en el cuerpo de las que no se es consciente, permitiendo que la mente divague sin cesar.

Las consecuencias son un agotamiento emocional y físico al vivir miles y miles de escenarios imaginarios al día y predisposición a reaccionar a lo que suceda sin evaluar apropiadamente todas las posibilidades.

Este tipo de pensamiento genera ansiedad, depresión, ira, envidia, celos, y otras emociones desagradables. Encontrándose incapaz de identificar la raíz de sus malestares, la propia mente comienza a buscar situaciones externas a las cuales atribuirles las emociones mencionadas, y así todo lo que se originó en una mente descontrolada, ahora existe en el mundo externo, haciendo la situación aún peor.



 

Mente Observadora

 

Por otro lado, la práctica constante del mindfulness al enfocar la atención tanto en la respiración como en los cinco sentidos, desarrolla en las personas la mente del observador: consciente de su mundo interno.

Conforme más se practica la vigilancia constante de la mente, además de darnos cuenta de nuestra programación subconsciente y de volvernos capaces de cambiarla, también comenzamos a soltar el apego de nuestros pensamientos.
 

¿Cuáles son los beneficios de observar mi mente?

 

El observar detenidamente los pensamientos –a diferencia de experimentarlos– nos da la oportunidad de preguntarnos: ¿por qué estoy reaccionando de esta manera y no de otra?, ¿por qué abordo este tema con miedo, y no buscando una oportunidad?, ¿cuál es la forma más constructiva y sensata de actuar?


Estas cuestiones son cruciales en el entendimiento de nuestra forma de ser, y solo se pueden realizar cuando dejamos de obstinarnos con lo que está sucediendo o lo que estamos pensando.

Al conectarnos con nuestro cuerpo, podemos encontrar la actitud más adecuada y más auténtica para sobrellevarlo prácticamente todo, y así evitamos actuar en base a condicionamientos adquiridos que nos estancan.