Hace dos años se conformó la Brigada de Servicios Ambientales de la Comisión Nacional Forestal, con un amplio reportaje dimos a conocer la alarmante destrucción de los manglares en el territorio hidrómilo debido a la tala ilegal.
Dos años después, los esfuerzos de reforestación han logrado recuperar 10 hectáreas de este ecosistema vital, con la siembra de 60 mil nuevas plantas. Sin embargo, la problemática persiste, y los leñadores continúan cruzando desde Tabasco para cortar mangle en varios puntos de la región.
Cada hectárea reforestada requiere la plantación de aproximadamente 6 mil árboles, un trabajo arduo que ha sido impulsado por organizaciones ambientales y autoridades locales. A pesar de estos avances, la regeneración del manglar es un proceso lento y enfrenta grandes desafíos ante la constante depredación de la zona, reveló Lino Martinez Alvarez, a cargo de la brigada.
En el marco del Día Internacional de los Humedales, es triste saber que la tala clandestina sigue ocurriendo bajo las sombras de la noche. Testimonios de habitantes señalan que los leñadores tabasqueños cruzan en lanchas por los arroyos para ingresar al municipio y cortar el mangle sin ser detectados.
Aunque la Secretaría de Marina ha intensificado la vigilancia en los cuerpos de agua bajo su jurisdicción y supervisión, hasta el momento no se han registrado detenciones. La falta de acciones contundentes contra los responsables de la deforestación genera preocupación en las comunidades que dependen de los manglares para su sustento y protección ambiental.
Especialistas en conservación han advertido que, si no se refuerzan las medidas de seguridad y se aplican sanciones ejemplares, los esfuerzos de reforestación serán insuficientes para frenar el daño. Además, subrayan la necesidad de un plan integral que involucre educación ambiental, programas de empleo sustentable y mayor coordinación entre autoridades de Veracruz y Tabasco.
Mientras tanto, el futuro de los manglares en Agua Dulce sigue en riesgo. La lucha entre la restauración del ecosistema y la tala ilegal continúa, dejando en evidencia la urgencia de acciones más firmes para preservar este valioso recurso natural.
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